El Concejal de deportes del Ayuntamiento de Segovia Javier Arranz ha mantenido hoy, en comparecencia de prensa, su firme intención de dimitir como miembro del equipo de Gobierno. Arranz aseguró renunciar «por coherencia» y «lealtad» a los intereses de la ciudad porque no quiere «legitimar algo públicamente sin estar de acuerdo con ello» en relación a la gestión de la situación por parte del ayuntamiento del pabellón deportivo de el Peñascal, en obras desde hace cuatro años. Arranz apuntó también, en declaraciones recogidas por Ical, que en función de si la regidora acepta o rechaza su dimisión, decidirá si sigue como edil de Deportes, pasa a ser concejal no adscrito a ningún grupo político o deja su acta.

Durante su comparecencia ante los medios de comunicación, Javier Arranz negó que su anuncio de dimisión del pasado viernes a través de la red social Facebook fuera fruto de “un calentón», ya que señaló que la decisión se produjo “hace dos meses”, el tiempo que lleva “discrepando” con los miembros del equipo de Gobierno sobre la gestión de El Peñascal. Además, desveló que «un alto dirigente del PP» le ha ofrecido la Alcaldía el pasado fin de semana, aunque subrayó que «llegado el caso» no aceptaría. Por último, defendió que, pese a no oficializar su renuncia en el registro del Ayuntamiento, ya lo había comunicado tanto por escrito como de forma oral a Luquero. “No me corresponde a mí decidir si acepta o no la dimisión, primero vamos a escuchar lo que dice la alcaldesa”, remarcó.

Javier Arranz anunció su dimisión el pasado viernes a través de la red social Facebook y se la comunicó a la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, con una nota escrita a mano que le entregó durante el pleno de noviembre, que se celebraba aquella mañana. Sin embargo, no llegó a formalizar la renuncia con su presentación en el registro del Consistorio. Arranz argumentaba que su decisión de dimitir se debía a “la humillación” que habría sufrido por parte de compañeros de grupo y, sobre todo, por diferencias con la alcaldesa sobre la gestión de las obras del polideportivo del colegio de El Peñascal, en el barrio de La Albuera. Un proyecto que empezó a ejecutarse a finales de 2010 con un plazo inferior a un año y que, después de dos adjudicaciones frustradas por problemas económicos de las constructoras y una tercera a punto de romperse, ya se teme que no pueda estar listo hasta el verano 2015 o incluso 2016.

Fotografía: Javier Arranz antes de una comparecencia ante los medios/Ical