La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Chorizo de Cantimpalos sigue dando pasos para consolidar la calidad de este embutido segoviano en el mercado nacional. Para ello, prepara una gran campaña de promoción en las grandes cadenas de supermercados nacionales en las que ya está implantada la marca, con el objetivo de superar la producción actual que están en 250.000 unidades anuales.

Los resultados de esta medida llegarán en 2018, año en el que se cumplirá una década de la aprobación definitiva del reglamento del Consejo Regulador de la IGP.  “En el segundo semestre del año y primero del 2018, vamos a acometer una promoción muy importante en esta grandes cadenas: ‘El Corte Inglés’, ‘Carrefour’, ‘Alcampo’ o ‘Lupa’.

Esta campaña horizontal prevé la instalación de expositores en las zonas de paso, de tránsito, de estas áreas comerciales, con atractivas promociones como precios más reducidos o un gran descuento en la segundad unidad, resumió a Ical el secretario del Consejo Regulador de la IGP Chorizo de Cantimpalos, José Ramón Marinero. El objetivo es fidelizar a los consumidores que ya conocen y reconocen la calidad de este embutido y buscar nuevos clientes, que descubran este producto. Una campaña nacional en la que esperan contar con la ayuda económica del Grupo de Acción Local ‘Segovia Sur’ y la Junta de Castilla y León.

El Consejo Regulador también dedica sus esfuerzos a estar presente en ferias de alimentación, donde siempre tiene una respuesta muy alta por parte de los proveedores y clientes que se acercan a su expositor. El último ejemplo es el ‘Salón Gourmet’ de Madrid. Aquí se abre otra importante línea de trabajo dirigido a que el chorizo de Cantimpalos esté presente en los establecimientos gourmet.

Hasta ahora han logrado buenas experiencias entre los consumidores que buscan productos de gran calidad como éste, por los que merece la pena pagar. Un sabor genuino de un chorizo, cuyo nombre ‘Cantimpalos’ es un referente nacional y también muy conocido y apreciado en Hispanoamericana. “Mucha gente nos dice en estos eventos, que es el chorizo que les recuerda al sabor de su infancia, de los bocadillos que tomaban”, comentó Marinero.

Acabar con las imitaciones

En 2008 se produjo la puesta en marcha de la marca, ya con el Reglamento aprobado por la Junta de Castilla y León y la Unión Europea. Los primeros chorizos de Cantimpalos con la etiqueta de la IGP salieron al mercado en 2009, cumpliendo todos los requisitos marcados en la calidad de los magros de carne de cerdo con los que se elabora este producto.

El primer gran objetivo que se marcó el Consejo Regulador fue acabar con el mal uso del nombre de chorizo de Cantimpalos por parte de muchos imitadores. Un problema que venían arrastrando durante muchas décadas. “Hasta 2015, la labor principal fue mandar correos electrónicos y cartas para hacer saber a todos los usurpadores que existía la marca Chorizo de Cantimpalos’ que estaba protegida por una IGP. Una advertencia clara para que dejaran de etiquetar sus productos de forma equivocada”, aseguró José Ramón Marinero.

Además, explicó que era muy habitual ver chorizos bajo el nombre de ‘Cantimpalo’ o ‘de tipo Cantimpalos’. Marinero aseguró que esta ardua tarea de conseguir defender la marca ante los imitadores está prácticamente conseguida. “Alguna vez, pocas ya, nos llega algún caso de alguna tienda pequeña”.

El segundo gran objetivo es aumentar los niveles de producción, tras lograr un crecimiento más lento de lo que les hubiera gustado, aunque su desarrollo coincidió con la crisis. Ahora tienen una producción de 250.000 unidades al año y la previsión que es esa cifras vaya aumentando gracias a un mayor conocimiento de la calidad del producto. José Ramón Marinero resaltó el compromiso de los ganaderos con la IGP. Los costes de elaboración de los magros de cerdo para hacer este embutido son mayores. “La edad de sacrificio de los cerdos es de siete meses, y con una alimentación al 75 por ciento en cereales. El precio de los cereales ha estado muy alto, incrementando los costes”, resumió Marinero.

El coste de producir carne para otro tipo de chorizo puede ser de 1,2 euros, pero para el de Cantimpalos puede superar, en total, los dos euros. Además exige el compromiso de los ganaderos, y de los industriales porque son conscientes, recuerda el secretario del Consejo Regulador, que cuando el producto Chorizo de Cantimpalos conquista al consumidor, es fiel a él. “Es un trabajo lento pero que va calando”, certificó José Ramón Marinero.

No es fácil ser profeta en la tierra de uno. En Segovia capital, la mayor venta de chorizo de Cantimpalos es en las tiendas de productos típicos de la provincia en las calles más turísticas. “Funciona muy bien la Semana Santa o el Puente de Mayo”. El reto sigue estando en trasladarlo a los restaurantes, a los entrantes de sus menús.

Una altitud superior a 900 metros

La zona delimitada para la elaboración de chorizo de Cantimpalos es la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama, con una franja de 40 kilómetros. Desde Riaza a Villacastín y desde el puerto de Navacerrada a Carbonero el Mayor. La altitud superior a los 900 metros da lugar a unas condiciones climáticas favorables para la curación de los chorizos. A lo que se suma la temperatura, pluviometría y el número favorable de días de niebla. La superficie total de la zona de elaboración es de 2.574 kilómetros cuadrados.

El chorizo de Cantimpalos es un producto embutido a partir de carnes frescas de cerdo graso, a las que se añade sal y pimentón, como ingredientes básicos. También se puede utilizar ajo y orégano, al que se somete a un proceso de secado-maduración. Tiene tres formatos: sarta, una sola pieza; achorizado, una ristra formada por varios chorizos; y el cular, que va embutido en tripa de porcino de forma cilíndrica irregular, por los que su forma la determina la morfología de la tripa.

Se comercializa con dos indicadores, un hilo tricolor en blanco, rojo y negro, y la contraetiqueta numerada del Consejo Regulador el la que figura el logotipo de la IGP, y el logotipo comunitario de todas las indicaciones geográficas protegidas. Al corte es de un color rojo intenso punteado en blanco rojizo por la presencia de trozos de grasa pigmentados. Su aroma es intenso y en el paladar, es jugoso, fácil de masticar y sin sabor picante.