“Un gran proyecto de Comunidad”. Así definió el presidente de las Cortes Regionales y de la Fundación de Castilla y León, Luis Fuentes, la “magna” exposición ‘Comuneros: 500 años’ que en la tarde de hoy abrió sus puertas en el vestíbulo del parlamento autonómico, donde permanecerá para deleite del público hasta el próximo 20 de septiembre. La muestra, que reúne 150 piezas “de un valor incalculable” procedentes de 45 museos, archivos e instituciones de todo el país, es según Fuentes “única e irrepetible, necesaria y equilibrada”, y permite al espectador, de la mano del arte, la cultura y la historia, “profundizar en la herencia de nuestros antepasados y repensar los mitos que con el paso del tiempo se han levantado en torno al movimiento comunero”.
Acompañado por el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo; el consejero de Cultura y Turismo de Castilla y León, Javier Ortega; y la consejera de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, Rosa Ana Rodríguez; Fuentes realizó el recorrido inaugural de la exposición, conducido por el director de la muestra, Eliseo de Pablos, que reconoció que organizar el proyecto ha sido “un grandísimo reto”. “Al final hemos conseguido una muestra de primerísimo nivel, en la cual hemos implicado a todos los grandes museos nacionales”, subrayó.
Citando a Ortega y Gasset, Fuentes recalcó que “el pasado no nos dirá lo que debemos hacer, pero sí lo que deberíamos evitar”, para después apuntar que el desenlace de la batalla de Villalar fue el “trágico final de quienes lideraron el enfrentamiento de las comunidades” y “marcó el devenir de Castilla y Europa”, si bien el paso del tiempo “no logró enterrar los ideales que los comuneros defendieron”, ya que “han permanecido las consignas de un movimiento que se ha convertido en un símbolo común de todos los castellanos y leoneses, en el que se reconocen todo tipo de ideologías”.
“En este viaje único podrán contemplar bienes patrimoniales extraordinarios, circunscritos a los últimos años del siglo XV y los primeros del siglo XVI, un periodo convulso de transición entre el Medievo y el Renacimiento. Conoceremos la historia de hombres y mujeres valientes que se sublevaron contra el abuso del poder, se adelantaron a su tiempo, y pidieron el desarrollo de una nueva noción de libertad”, afirmó.
En declaraciones recogidas por Ical, Fuentes explicó que el objetivo de la exposición es “recrear las distintas realidades de esa época a través de documentos, enseñas militares, vestimentas, armas y obras artísticas”. Por ello, propone un “viaje” que busca “divulgar el movimiento comunero y su contexto histórico, social y cultural”, en torno a cuatro bloques temáticos.
La muestra invita a que sea el propio espectador quien teja “sus propias conclusiones, sin condicionamientos partidistas ni banderas”, y pone de manifiesto la “necesidad de aprender del pasado, repensar el presente y proyectarnos con garantías hacia el futuro”. “Queremos invitar a la reflexión, algo imprescindible para aportar certezas en este tiempo a una tierra con una riqueza increíble, con horizontes abiertos y cantidad de tesoros por descubrir”, finalizó.
Una exposición “de primer nivel”
Por su parte, el director de la exposición, Eliseo de Pablos, mostró su satisfacción por conseguir, tras “años de esfuerzos”, que el quinto centenario del movimiento comunero cuente con “una exposición de primer nivel”, algo que ha su juicio han logrado “pese a todas las dificultades”. “Con Joseph Pérez empezó este proyecto hace diez años, en el que inicialmente implicamos a Castilla-La Mancha y a Madrid, aunque por circunstancias políticas y de otra índole al final cada uno se ha quedado en su lugar”, repasó.
“Nuestra pretensión era crear un marco de comprensión en torno al fenómeno de las comunidades. Había que desarrollar la intrahistoria de ellos, desde una perspectiva equilibrada, que no nos llegara a considerar buenos a unos y malos a otros”, expuso antes de desgranar los cuatro grandes apartados en que se estructura la muestra.
El primer apartado, ‘Contra traydores y desleales’, lleva por título una acusación que según De Pablos se vertían unos contra otros, realistas y comuneros, en el albor del conflicto. En ese apartado, el protagonismo recae en los personajes de ambos bandos, representados con objetos personales que les pertenecieron, como el amito del cardenal Cisneros (que nunca antes se había exhibido), la medalla diseñada por Durero para Carlos V, o el pendón que portaba Maldonado durante la batalla de Villalar, que sirvió para trasladar luego el cuerpo de Padilla cuando lo llevaron a enterrar en Salamanca.
Con el lema ‘Castilla en la encrucijada’, el segundo apartado se centra en el conflicto bélico, y muestra piezas como los atuendos de los contendientes (desde coseletes a celadas) o las armas que portaron en las batallas (espadas, ballestas, alabardas o un cañón de cerca de una tonelada), todo ello acompañado de documentos cruciales para comprender la contienda, como los decretos de excomunión de los comuneros, la sentencia y condena de Bravo, Padilla y Maldonado, o los pleitos que condujeron a la guerra.
A continuación, ‘El tiempo habitado’ sumerge al espectador en el arte, los juegos, la economía y la vida cotidiana de la España de finales del siglo XV, con un peculiar tratado de ajedrez de la época, el espléndido cancionero de la Catedral de Segovia, una de las primeras letras de cambio que se conservan en todo el mundo, el libro de la mesta, y objetos cotidianos como sillas o baúles, junto a piezas artísticas como el espléndido relieve ‘San Jerónimo penitente’, de Diego de Siloé, o ‘La Piedad’, procedente del Museo de Segovia.
El recorrido concluye con ‘Memoria recuperada, memoria creada’, el cuarto apartado, presidido por el icónico lienzo ‘Los comuneros en el patíbulo’, de Antonio Gisbert (procedente del Congreso de los Diputados), secundado por exquisitos lienzos custodiados por el Museo del Prado como ‘La reina Doña Juana recluida en Tordesillas’ o el pequeño ‘La reina Juana en los adarves del Castillo de La Mota’. Este bloque recupera el renacer que vivió el movimiento comunero con motivo del tercer y cuarto centenario, gracias al acercamiento romántico que desde diferentes disciplinas del arte se produjo con respecto a aquellos acontecimientos. Junto a los lienzos, también pueden verse el libreto original de la obra teatral ‘Los comuneros’ de Ana Diosdado, un ejemplar del romance homónimo escrito por Luis López Álvarez o la maqueta de la primera grabación que el Nuevo Mester de Juglaría realizó a partir de ese texto.
“Debemos sentirnos todos muy orgullosos de esta exposición. Ha sido muy costoso llevarla a cabo en muchos aspectos. Beatriz Rubio ha desarrollado un proyecto maravilloso, en un sitio que era un hall. Merece la pena poner en valor estas obras fantásticas, que la gran mayoría son procedentes de nuestras Castillas y nos ofrecen una lectura de un periodo trascendente de la historia en la cual Castilla marca el inicio de lo que hoy es España”, remachó De Pablos.
A la inauguración oficial también asistieron, entre otras autoridades, el secretario general de las Cortes de Castilla y León, Carlos Ortega; la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Ana Redondo; el vicealcalde de Burgos, Vicente Marañón; el presidente de la Fundación Museo de las Ferias y alcalde de Medina del Campo, Guzmán Gómez; y el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero.