Según los datos registrados, en 2018, al menos 19.336 personas fueron condenadas a muerte y 690 fueron ejecutadas
El día 30 de noviembre se conmemora el Día Ciudades por la Vida / Ciudades contra la Pena de Muerte en recuerdo de la primera abolición de la pena capital en el Gran Ducado de Toscana (Italia) en 1786. Gracias al trabajo del grupo de Amnistía Internacional Segovia, el Ayuntamiento de la capital segoviana tiene previsto firmar la moción presentada contra la pena de muerte por Amnistía Internacional en el pleno municipal que celebrará el 29 de noviembre. El Consistorio ha confirmado que se suma a las reivindicaciones de este día iluminando un edificio de la ciudad (aún por determinar cuál).
En 1977 sólo 16 países habían abolido totalmente la pena de muerte. En la actualidad el mundo camina hacia la abolición: la mayoría de los países, 106, han prohibido por completo la pena capital. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer: numerosos países siguen poniéndola en práctica sin restricciones. A finales de 2018, se tenía constancia de que, al menos, 19.336 estaban condenadas a muerte, año en el que se produjeron 690 ejecuciones en 20 países, siendo el número más bajo de personas ejecutadas y registradas por Amnistía Internacional en la última década, lo que supone una reducción del 31% respecto a 2017, año en el que se llevaron a cabo 993 ejecuciones.
Ciudades por la Vida / Ciudades contra la Pena de Muerte es una iniciativa impulsada por la Comunidad de Sant’Egidio junto a Amnistía Internacional en la que participan más de 2.000 ciudades de todo el mundo, 78 de ellas capitales de Estado, iluminando alguno de sus edificios y/o colocando una pancarta como muestra de su rechazo a la pena capital. En Castilla y León, varias localidades se han sumado a la edición de este año, las acciones que se desarrollarán en cada una de ellas con motivo de esta reivindicación son:
Coincidiendo con la jornada de Ciudades por la Vida, Amnistía Internacional ha lanzado una ciberacción en favor de Magai Matiop Ngong, de 17 años, para evitar que sea ejecutado en Sudán del Sur, quien fue condenado a muerte en noviembre de 2017, cuando aún era un niño, infringiéndose tanto las leyes de su país como el derecho internacional. Cuando Magai tenía 15 años, se enzarzó en una pelea con un vecino. Su primo trató de separarlos y Magai tomó el rifle de su padre con el que realizó unos disparos de advertencia al suelo, una de las balas rebotó alcanzando a su primo, quien murió. Magai no tuvo asistencia letrada durante el juicio como dispone la ley. Dijo al tribunal que la muerte de su primo había sido un accidente. Fue declarado culpable de asesinato y condenado a muerte. Al final consiguió un abogado que le está ayudando a presentar un recurso.Actualmente Magai está en la Prisión Central de Yuba.
En 2018, Amnistía Internacional documentó 2.531 condenas a muerte en 54 países, un leve descenso con respecto a la cifra de 2.591 registrada en 2017. Durante la Asamblea General de Naciones Unidas de diciembre de 2018, 121 países votaron a favor de apoyar una moratoria global de todas las ejecuciones. Solo 35 países votaron en contra.