Hace tres años que la segoviana Laura Pascual se trasladó a Santiago de Chile para gestionar el área comercial de una empresa dedicada a ofrecer soluciones tecnológicas mediante inteligencia artificial. Allí fue a abrir una etapa de su vida, que de momento no tiene pensado cerrar, y se convirtió en uno más de los 68.000 españoles que hay en el país, según los inscritos en el Consulado General de España en Chile a 31 de diciembre de 2018.
Hemos hablado con ella para que nos cuente en primera en persona la situación de protestas contra el gobierno del multimillonario Sebastián Piñera que se vive en Chile desde mediados de octubre. La chispa que encendió esta crisis histórica la encontramos en la subida del precio del metro, lo que provocó la indignación de una sociedad que ya no soporta la flagrante desigualdad entre la élite de ricos y una clase media que lucha por sobrevivir altamente endeudados y con sueldos bajos.
Chile atraviesa por una gravísima crisis derivada del hartazgo de una población asfixiada por sus propios gobernantes. ¿Cómo fue tu primera impresión cuando llegaste al país?
Mi primera impresión cuando llegué a Chile fue de un pueblo muy acogedor pero fuertemente desigual; me sorprendió el elevado costo de vida, el edificio Costanera, la wea de su “idioma” propio que al principio no comprendía muy bien y la fuerte presencia de la cultura gringa por todas partes.
El endeudamiento incluso para hacer la compra, el excesivo precio del transporte público, la educación o la salud…¿uno tarda mucho en darse cuenta cuando llega a Chile de todo esto?
No, desde el primer día que te preguntan si deseas pagar en cuotas de crédito un café te das cuenta que algo no funciona bien…
¿Qué situaciones son las que más te han impactado hasta la fecha si comparas la realidad chilena con tu anterior realidad aquí?
El endeudamiento por enfermedad o las limosnas que dan como pensión a los ancianos es lo que más me ha impactado, ojalá sigan en España luchando por estos derechos que nos quieren quitar.
Esa chispa revolucionaria que surgió tras la subida de precio del metro ha llevado al país a hacer frente a una carta magna vigente desde la dictadura de Pinochet. ¿Cómo viviste esos momentos?
Ver al pueblo levantarse unido contra todas las injusticias del sistema capitalista me pareció hermoso. Aún me emociono al recordar la noche del 18 de octubre, donde todo se rompió para no volver nunca más a la normalidad.
Disturbios, abusos militares, toque de queda…¿cómo te ha afectado personalmente?
Intentas llevarlo lo mejor posible, la situación de milicos (militares) en la calle y toque de queda me pareció surrealista en un país democrático. Te cuidas con tus amigos y familia, esos días estuvimos más unidos que nunca. Aparecen diferentes sentimientos como miedo, rabia, impotencia… pero también esperanza y alegría de ver al pueblo unido.
Poco se habla de zonas que no son Santiago de Chile, ¿conoces cuál es la situación de otros puntos de la geografía chilena en la actualidad?
La situación en el resto de las regiones de Chile es aún más violenta y reprimida que en Santiago, aunque los medios de comunicación no informan mucho sobre lo que sucede en regiones, lo vemos por las redes sociales.
Hace más de dos semanas que estalló la revuelta social y la sociedad chilena continúa clamando por algo tan sencillo como justicia social, ¿cómo pinta el futuro?
No hay futuro hasta que este gobierno renuncie, cada vez que se pronuncia, en vez de llamar al diálogo social, intentan blindar aún más los privilegios de los milicos y policías, niegan la violencia desmesurada de las fuerzas de seguridad contra su propio pueblo, esta semana anunciaron leyes mucho más represoras para que la gente no salga a la calle a manifestarse.. Este descontento seguirá así por meses, incluso años si no se formula una nueva constitución.
Sin duda estás viviendo un momento clave, histórico, para Chile, ¿te queda mucho por el país?
De momento tengo pensado quedarme en el país una buena temporada, no tengo pensada una fecha de regreso definitivo.
¿Cómo te gustaría abandonarlo cuando llegue el caso?
De darse el caso de tener que regresar, me gustaría abandonarlo con una nueva constitución escrita por y para el pueblo y que todos los culpables de esta violencia desproporcionada e injustificada se encuentren entre rejas.
Imágenes cedidas por Carlos Roa