Los trabajos iniciados el pasado 2 de julio por el equipo de investigación arqueológica en la villa romana de Santa Lucía, en Aguilafuente ya han comenzado a dar sus frutos. Los expertos, dirigidos por Santiago Martínez Caballero, director del Museo Provincial, y el catedrático Manuel Retuerce, han sacado a la luz una nueva área de unos 300 metros cuadrados en el complejo residencial de la villa, en el ala norte y sur contigua a las actuaciones llevadas a cabo entre 1968 y 1972, que hicieron aflorar todas las estructuras hasta ahora visibles. Los trabajos se han concentrado también en la zona en la que se ubicaría el peristilo, con los que se va a contribuir a definir la villa residencial.
El presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, y el alcalde de Aguilafuente, Jesús Ballesteros, han visitado esta semana las excavaciones en compañía de sus dos directores. En el recorrido estuvo también presente el teniente alcalde de la villa, Luis Mariano García. El conjunto del proyecto de recuperación arqueológica de la Villa cuenta este año con un presupuesto de unos 52.000 euros, de los que el Consistorio aporta 37.000 y la institución provincial los otros 15.000 euros.
Con las labores realizadas en estos días es posible reconocer ya una serie de pasillos de la villa y también otros espacios posteriores de época visigoda. También se ha podido identificar lo que sería un complejo de baños y termas, en la zona sur del complejo, donde se han hallado unos restos que corresponden a una serie de conductos por donde circulaba el aire caliente para calefactar la zona de termas privadas. Además, han aparecido tramos con mosaicos en algunos sitios del complejo, que se seguirán investigando y llevando a cabo las labores para sacarlos y se han catalogado las zonas que fueron expoliadas en otras épocas. Los trabajos van a continuar perfeccionando lo encontrado hasta ahora.
Estas excavaciones son las terceras que se realizan en la villa romana, después de las de 1968 y 1972, que sacaron a la luz todas las estructuras hoy visibles, y en 1993, restringidas entonces a un pequeño sondeo de comprobación. Estos trabajos de exploración se llevan a cabo de forma paralela a los de limpieza, prospección y acondicionamiento, y, según afirman sus responsables, con el objetivo fundamental de profundizar en el conocimiento de la evolución del territorio de Aguilafuente en época romana, tardo antigua y alto medieval.
El yacimiento de Santa Lucía es un amplio vestigio que ofrece los restos de una típica villa bajo imperial romana, ocupada durante los siglos IV y V d.C., que conformaba un centro de residencia de un potentado local (dominus) y todas las explotaciones agrarias gestionadas desde el mismo, según Santiago Martínez.
La pars urbana de esta villa, es decir, el conjunto palaciego central, donde ya se han realizado excavaciones integrales en la mitad occidental y se han llevado a cabo sondeos que han permitido completar la planta y el perímetro del sector, cuenta con una extensión aproximada de 2.500 m2.
El edificio de la villa conformaría solo esta pars urbana y en torno a su construcción se situaría la pars rustica, es decir el espacio donde se ubicarían las dependencias de servicio, área residencial de esclavos y personas dependientes del señor, talleres, almacenes, establos, etcétera, a las que habría que sumar un tercer sector de la villa, la pars fructuaria, donde se localizarían las tierras extensivas agrícolas (fundus), terrenos los terrenos para ganadería y pastoreo (saltus) y los bosques (silva).
La villa bajo imperial cuenta además, tal y como explicaba Santiago Martínez, con ocupación precedente, de época alto imperial, de los siglos II-III d.C., apenas conocida, y que va ser objeto también de investigación, mientras que tras la ruina de la villa en el siglo V d.C. sobre los restos de la misma se dispuso un cementerio alto imperial (necrópolis “visigoda”) del que fueron registradas doscientas tumbas en las excavaciones de 1968-1972 y en el que ahora se ha vuelto a incidir.
«En el sector nororiental de la villa se encuentran restos arquitectónicos medievales y modernos, que parecen corresponderse con la iglesia de San Mamés, documentada desde el siglo XII, luego convertida en iglesia de Santa Lucía, que da nombre al actual paraje, en uso hasta el siglo XIX”, apuntaba Martínez Caballero.