Turégano acogerá a partir de las 19:30 horas del próximo 28 de julio la segunda edición del festival de pianos de calle ‘Noche en Blanco y Negro’, una iniciativa que en agosto del año pasado rellenó cada hueco de Sepúlveda de todo tipo de notas musicales que se escaparon, en la intimidad de la tarde-noche, de cuatro pianos de cola ubicados en distintos entornos del municipio. Debido al éxito registrado, que sorprendió a los propios vecinos de la villa invadiendo sus calles, la Diputación de Segovia ha querido volver a llevarlo a cabo, trasladándolo de municipio, como constaba en la idea original.
Así lo explicaban esta mañana en rueda de prensa el presidente de la institución provincial, Francisco Vázquez, la diputada del Área de Cultura y Juventud, Sara Dueñas, y el alcalde de Turégano, Juan Montes, quienes destacaban el carácter itinerante de la iniciativa y esperaban que la ‘Noche en Blanco y Negro’ volviese a erigirse como claro ejemplo de que a los segovianos les gustan las experiencias que elevan la cultura y la emoción al sostenido.
Al igual que ya sucedieraen la primera edición de la ‘Noche en Blanco y Negro’, cuatro pianos serán situados en diferentes enclaves al aire libre del municipio, aguardando a ser encontrados y guiar con sus melodías al público. Por este motivo, durante la rueda de prensa no eran desvelados los lugares desde los que, hasta aproximadamente las 00:15 horas, momento en el que tendrá lugar el concierto de clausura en un mismo espacio, se podrá escuchar desde jazz hasta swing-cabaret, pasando por la imprescindible música clásica, el hip-hop fusionado con flamenco, el soul o incluso la música tradicional rumana. «Dejaremos que los visitantes los vayan descubriendo y vayan visitándolos de uno en uno», subrayaba Francisco Vázquez.
Para ello, diez pianistas o dúos profesionales han sido invitados a participar en un evento en el que uno de ellos también ofrecerá un repertorio de bandas sonoras de películas y otros se acompañarán de los sonidos del saxofón, la flauta o el violín. Tal y como explicaba el presidente de la Diputación, «los intérpretes se irán dando la vez en los diferentes pianos y los asistentes podrán disfrutar de todo tipo de géneros musicales».
Entre estos pianistas profesionales, que sucederán en las banquetas al público que quiera improvisar al comienzo de la tarde y a aquellos alumnos de las distintas escuelas municipales de la provincia que se acerquen para participar en la primera parte de la iniciativa, figuran Adrián Rincón, Lulian Lonut Abagiu, Rubén Villadangos, Miguel Ángel Recio, Andrea García y Raúl J. Ortiz, además de Ricardo Casía, quien estará acompañado a la voz por Haydeé Arizala; el Maestro Moriles, quien se acompañará del conocido saxofonista y flautista segoviano Ignacio Vidaechea ‘El Búho’; Enrique Rivas, quien junto a Elena de Santos al violín forma el Dúo Hypatia; y por último Pablo Igualada, quien tocará junto a la cantante, guitarrista y compositora Carolina Fontecha.
Mientras daba algunos detalles de los currículums de estos pianistas, el presidente de la Diputación aseguraba que «debido a su experiencia en festivales y conciertos de notable relevancia, no tenemos ninguna duda de que cada uno de ellos conquistará, a su manera, a todos los espectadores que se acerquen a Turégano para compartir estas cinco o seis horas de música y talento».
El ambiente, además, ayudará a dotar de emotividad al evento, ya que un año más la ‘Noche en Blanco y Negro’ contará con la colaboración de Ambientair, que cederá centenares de velas que serán distribuidas por todo el municipio. La última de ellas se apagará al compás de la pieza final del concierto con el que los pianistas profesionales cerrarán de forma conjunta la noche, después de haber brindado más de medio centenar de micro actuaciones a lo largo de la tarde. Aunque tanto Francisco Vázquez como Sara Dueñas evitaban desvelar dónde se celebrará ese recital final que dará inicio alrededor de las 00:15 horas, sí se atrevían a pronosticar un lleno absoluto que, al igual que en la primera edición en Sepúlveda, constituirá la mejor manera de dar la nota final a una jornada cargada de blancas, negras, silencios, corcheas y fusas.