La directora de Titirimundi, Marián Palma, ha asegurado en la jornada de clausura del Festival que las dos palabras que definen esta 32 edición son “satisfacción” y “emotividad” por haber logrado “sacar adelante” con éxito “el regalo” legado por Julio Michel con una extraordinaria respuesta de las compañías y el público a lo largo de los seis días del Festival de Títeres de Segovia y, al mismo tiempo, “una profunda sensación de vacío” al ser el primer año sin el fundador del certamen.
Palma afirmó que “al público le ponemos un 10” por volcarse un año más con Titirimundi, llenando las calles de Segovia para vivir la magia de los títeres, incluso “durante el fin de semana” en el que se registró un importante descenso de las temperaturas. Durante el sábado y el domingo, hubo “mucho movimiento” en los espectáculos gratuitos y un lleno absoluto, con todas las entradas vendidas, en los patios, espacios cerrados y teatros.
Un ambiente festivo y lúdico que también se vivió en las funciones del último día de Titirimundi, coincidiendo con la celebración del día de San Isidro, con una veintena de propuestas diferentes con más de 15 compañías compañías españolas e internacionales, a las que acompañó un sol radiante y unas temperaturas suaves. Los más pequeños rieron con las historias y personajes de los Titiriteros de Binéfar, La Gotera de la Azotea, Salvatore Gato, el popular Circo de las Pulgas o el maestro del arte del ‘punch & judy’ Dan Bishop.
La directora de Titirimundi explicó que todo el equipo de organización del festival, el centenar de voluntarios y los 90 artistas llegados de 14 países diferentes sintieron durante estos seis días “una sensación especial” por los muchos recuerdos de los años compartidos con Julio Michel que ha dejado “un vacío tremendo”. Marián Palma agradeció a las compañías veteranas y fieles a Titirimundi “la conexión tremenda” que han tenido porque “todo ha sido un guiño teniendo a Julio muy presente”.
Titirimundi conquista a los profesionales del teatro del títere que se quedan boquiabiertos, según Marián Palma, con la acogida que les da la ciudad de Segovia y por tener delante de ellos “al público más cálido» y también «el más crítico” que en otros festivales que se celebran por todo el mundo.
Palma remarcó que ya tienen programación avanzada para la 33 edición, para mayo de 2019, por las fechas cerradas con las compañías de este año, que “siempre quieren volver” y agradeció haber podido cumplir las palabras de Julio Michel que decía que Titirimundi era “un vendaval de ilusión y aliento fresco” para romper la rutina diaria y “meterse de lleno en un sueño del que hay que disfrutar”.