El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, destacó, en el acto de entrega de las Grandes Cruces de Alfonso X El Sabio, que en la era digital, la cultura en español “ha de ser más que nunca compartida, difundida y global”.
Méndez de Vigo resaltó que su departamento trabajará en el proyecto ‘El español, lengua global’ que tiene como reto “repensar el español” como lenguaje y como generador de oportunidades para toda la comunidad hispanohablante, formada por 500 millones de personas en el mundo.
Íñigo Méndez de Vigo señaló en su discurso que la cultura en español vive un “un gran momento” en el que no distingue fronteras geográficas ni “discrimina disciplinas”. El programa ‘El español, lengua global’, presentado hace cuatro meses por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es un proyecto “aglutinador” que sigue la estela marcada por el rey Alfonso X que «nos enseñó» que el verdadero progreso cultural se logra “sumando, creando, e innovando juntos”.
Para Méndez de Vigo, esa trayectoria del “Rey Sabio” es compartida por los 16 condecorados con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X que “quisieron hacer de su trabajo algo más que cumplir con un deber” y se entregaron “a la innovación, a la búsqueda de la belleza, al progreso científico y a contribuir a mejorar nuestra sociedad y nuestra vidas”. El ministro de Cultura señaló que son “buenos modelos de conducta” contra “la mediocridad, la irrelevancia y una vida gris” y que conforma “unas biografías ejemplares”.
Méndez de Vigo aseguró que en el Alcázar, escenario de la entrega de las condecoraciones, desde una de sus torres, Alfonso X “escrutó la bóveda celeste” y, además de cultivar la astronomía, mostró “inquietud por todas las ramas del saber a su alcance con pasión y decepciona”, como el Derecho, los problemas de la ciencia y “la delicadez de la poesía”.
Talento individual
La impronta del monarca está presente en este “reconocimiento de Estado”, de homenaje a personalidades “ejemplares” a “gentes de ciencia y letras”, que tienen detrás unas “brillantes carreras profesionales” para “contribuir a mejorar la sociedad, el entorno o el patrimonio cultural” y con “su talento nos beneficiamos todos. Los condecorados tienen “talento individual” que conforma “el esfuerzo colectivo que está dando sus mejores frutos”.
Méndez de Vigo agradeció el trabajo realizado en el marco de las Humanidades y las Letras del ex director del exdirector de la Real Academia Española entre 1998 y 2010, Victor García de la Concha, que con su “intuición y buen hacer” estableció vínculos con las academias americanas que dio pie al Diccionario Panhispánico de Dudas, “enriqueciendo el español a ambos lados del océano”.
El ministro de Cultura también alabó la “pasión y entrega” de Guillermo de la Dehesa en su etapa como presidente del Patronato del Centro de Arte Reina Sofía, demostrando lo mucho que pueden hacer los patronos para unir “la vida y la excelencia de los museos y “vincularlos con la economía”. En la misma línea, habló de las inquietudes culturales del que fuera ministro de Industria y después de Economía y Hacienda, en los gobiernos de Felipe González, Carlos Solchaga, como vicepresidente del Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y, actualmente, presidiendo la Fundación Arquitectura y Sociedad.
Méndez de Vigo reiteró la capacidad de “vocación de servicio público” y “pasión por la cultura” del presidente de la Asociación de Amigos del Museo Reina Sofía, el jurista José Joaquín Ysasi-Ysasmendi, que fue subsecretario de Comercio y miembro del Consejo de Administración del Instituto Nacional de Industria. Las asociaciones de amigos de los museos, aseguró el ministro de Cultura, son “el mejor punto de anclaje entre la institución y los ciudadanos”.
Méndez de Vigo resaltó el interés de la empresaria Alicia Koplowitz por las Bellas Artes y su gran labor de mecenazgo, como patrona del Museo Nacional del Prado, al que ha donado recientemente un gran retrato de Federico de Madrazo, y su estupenda colección privada “una de las más importantes de Europa”. Una pasión por el arte compartida por otra de las galardonadas, la galerista Soledad Lorenzo, que cedió parte de su legado, 406 obras de cerca de 90 artistas al museo Reina Sofía. “La donación”, dijo el ministro, es “la visión más desprendida del arte” y “la sensación de compartir con los demás”.
El Centro de Arte Reina Sofía le dedicó, en 1992, una muestra retrospectiva a otra de las artistas que recibió la Gran Cruz de Alfonso X, Carmen Laffón, Premio Nacional de Artes Plásticas. Méndez de Vigo regresó al Museo del Prado para recordar la trayectoria y aportación de su responsable entre 2002 y 2017, Miguel Zugaza, que apostó por “la apertura al exterior y su relación con otros museos”, consiguiendo “un equilibrio en la gestión” clave para encarar el futuro.
La gestión de las instituciones culturales y su apuesta por España son las credenciales para galardonar con la Gran Cruz al arqueólogo alemán Herman Patzinger, que como presidente de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano apuesta por la presencia del arte de nuestro país, en los museos estatales alemanes. El mundo del arte también estuvo representado por el fundador del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, Gustavo Torner, como “una iniciativa que ha reivindicado a los ojos del mundo a Cuenca como destino artístico”, valoró Méndez de Vigo.
Instituciones internacionales
El prestigioso doctor español Valentín Fuster recibió la Gran Cruz como muestra de agradecimiento “por enseñarnos a cuidar mejor nuestra salud, llevar una vida más plena y a vivir con un corazón más sano”. Por su parte, el expresidente del Tribunal Superior de Justicia Europeo Gil Carlos Rodríguez Iglesias recibió su condecoración de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio por contribuir a hacer “una sociedad más justa, más libre y más segura”.
El ministro de Cultura también alabó la figura de Irina Bokova al frente de la UNESCO y le agradeció su apuesta por “la cultura y la educación para cohesionar las naciones”. En nombre de todos los premiados habló la responsable de la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, de la que Méndez de Vigo resalto su capacidad para dialogar y dar a lengua española una posición de fuerza “en todo el mundo” y acercar más “Europa y Latinoamérica”.
Por su parte Rebeca Grynspan recordó que los premiados son de seis nacionalidades diferentes lo que significa “todo un reflejo de la diversidad de la riqueza humana” y de todas las disciplinas y campos, procurando “hacer una contribución al progreso de nuestras sociedades” cada uno con sus propias herramientas, siempre valorando “el derecho y el deber de trabajar por nuestros ideales”.