Jorge Otero, más conocido como ‘Jafo’ es desde hace años bajista del grupo bluedays, que junto a Velma Powell visitó el Teatro Juan Bravo en 2015.

Vuelve a Segovia, mañana Viernes 13, a partir de las 21:00 horas para dar inicio al ciclo ‘el mejor jazz, soul y blues’ con un nuevo proyecto, blues train, fundado junto al reconocido baterista Carlos Malles, y con dos maquinistas de lujo, mingo balaguer y Álex Caporuscio.

 

Blues Train nació con un concepto diferente al que suelen tener las bandas cuando se forman, ¿qué objetivo se marcan al fundarla?

Así es; Blues Train la fundamos hace un año y poco entre Carlos Malles ―el baterista― y yo, que aparte de músicos somos programadores con bastante experiencia en el blues. Él es programador de algunos de los festivales más importantes de España, y yo programo mucho en Castilla y León. La idea era crear una banda itinerante o nómada, en la que la base rítmica de guitarra, bajo, piano y batería sea fija, seamos nosotros, y en cada temporada, en cada gira, contar con algunas de las figuras más representativas del género; tanto internacionales como nacionales. De momento estamos en nuestro primer año y estamos con dos instituciones del ámbito español, Mingo Balaguer y Álex Caporuscio, que aunque es angloitaliano, hace años que vive aquí.

Hemos salido fuerte; con un disco de clásicos del blues de Chicago. Dentro del blues se puede tirar por diferentes estilos y en esta primera etapa hemos querido hacer el blues más conocido, el clásico de los años cincuenta. Hemos grabado un disco con la excusa, el objetivo, de ser una caravana del blues, ser un poco feriantes de ello; llevarlo al mayor número de festivales y teatros posible.

 

¿Se están cumpliendo sus expectativas en este primer año de proyecto?

Sí, está bien porque acabamos de empezar, como quien dice. De hecho la temporada de 2018 la arrancamos en el Teatro Juan Bravo. De cara al verano se prevén varios festivales, tanto aquí en España como en Francia principalmente.

 

¿Por qué decidieron que tenían que ser Mingo Balaguer y Álex Caporuscio los primeros en llevar la locomotora?

Hicimos un casting virtual; nos sentamos, hablamos, barajamos nombres y pensamos que lo más lógico, coherente y modesto era empezar por aquí, por España. Vimos que, tanto por disponibilidad como por cuestiones artísticas, ellos dos eran los idóneos. Los conocíamos, teníamos relación con ellos y se lo ofrecimos porque, además, dentro del blues de Chicago los dos instrumentos solistas son la armónica y la guitarra. Con ellos dos hacíamos un buen primer vagón de tren, como así ha sido.

 

De cualquier manera, los verdaderos maquinistas son ustedes cuatro, ¿cómo se decide el repertorio y quién toma las decisiones?

Nosotros dos, Carlos Malles y yo. A nivel artístico y a nivel de repertorio; por supuesto siempre tenemos en cuenta a los demás, sobre todo a los artistas invitados, a quienes van a comandar la locomotora. Nosotros podemos proponerles un tema, pero a lo mejor esa canción no se adecua bien a su voz o a su forma de interpretar el blues; entonces se cambia, se varía o se busca otra. No es algo cerrado ni maniqueo. Es un repertorio que se adapta a las características y a las necesidades de la banda.

 

Además de girar con Blues Train, la mayoría continúan con otros grupos, ¿qué aporta eso al sonido de Blues Train?

Creo que nuestra propia experiencia de cada uno y luego la personalidad que tenemos al tocar con otra gente. Eso te da tu propia personalidad, tu propio carácter. Es decir, no son versiones que suenan como el disco original. Cada uno prestamos nuestro aporte; yo con el bajo, Paul San Martín el piano lo toca a su manera… Cada uno aportamos nuestra propia personalidad a esas versiones de clásicos; que eso sí que es una condición sine qua non en Blues Train, tocar clásicos, temas conocidos del blues, del rythm and blues.

 

Usted, que es vallisoletano de adopción y que ya ha estado en el Juan Bravo con Velma Powel y los Bluedays, ¿cómo ve la relación del público castellano con este estilo de música?

Bien, cada vez es más abierta. Como todas las músicas de raíz, son tendentes a ser minoritarias, pero cada vez el blues se le entiende más cercano o tiene el mismo estatus que el jazz. Se le da una visión más intelectual, más cultural y lo conoce mucha gente. Los conciertos suelen ser bastante divertidos y eso está empezando a notarlo el gran público.

También están cambiando las tendencias; se empiezan a programar a horas menos intempestivas, hay mucho concierto diurno, familiar… Mucha gente va con sus hijos y eso aumenta, por un lado el número de público que viene, como por otro, las posibilidades para que los aficionados puedan venir.

 

En el Teatro Juan Bravo dan inicio, tras el concierto de Maceo Parker de hace unas semanas, a un ciclo de blues, soul y jazz; que se programe algo así, ¿da cuenta de la buena salud de los músicos españoles o de la buena salud del público?

Yo creo que da buena cuenta siempre que vaya a haber éxito, que sé que con Maceo Parker casi se cae abajo el Teatro, de la buena salud o de la buena cultura que tiene el público; y en concreto el público castellano, contra la opinión generalizada, aquí el público apuesta por la música, se va a los conciertos.

Por otro lado, es envidiable, y te hablo como programador, ya que en Castilla y León no hay tantos sitios como el Teatro Juan Bravo, un teatro de una capital, que apueste tantísimo por músicas diferentes y traiga a artistas de primerísima división como Maceo Parker. Es todo un lujo. Pienso que podemos aunar ambas cosas en el éxito de programaciones como éstas; el arrojo, la valentía del Teatro Juan Bravo, y también la del público que acude a estos conciertos. Hay mejor salud que hace cinco años, sin ir más lejos.