El cementerio de La Granja de San Ildefonso participa en el concurso al mejor cementerio en la revista ‘Adios’. El camposanto granjero participa en la categoría de ‘mejor historia’ y compite con los cementerios de Alcalá la Real, Álora, Avilés, Cabra, Santander, Valencia o Vitoria entre otros. Las bases del concurso permiten a los visitantes de la web revistaadios.es votar a sus favoritos.
El cementerio de San Ildefonso es considerado como el primero civil de España y de los primeros de Europa. Del cementerio civil de San Ildefonso pueden distinguirse tres grandes períodos. El primero de ellos pertenece al cementerio mandado construir en 1783 por Carlos III. La segunda etapa viene de la mano de una ampliación llevada a cabo en 1830 por Fernando VII e introduce algunas modificaciones en el Reglamento otorgado años antes por Carlos III incluyendo nichos de primer, segundo y tercer orden dependiendo de la alcurnia y el poder adquisitivo de los finados. En octubre de 1866 la Reina Isabel II y con objeto de recaudar más ingresos para la manutención del cementerio, otorgó la perpetuidad a aquellos que lo solicitasen a cambio de 2000 reales para primer orden, 1500 para segundo orden y 1000 en el tercer orden. En algunas ocasiones se concedía la “gracia de perpetuidad”, es decir, la obtención gratuita de la perpetuidad, para aquellos que hubieran tenido una relación especial con la Corte.
El cementerio de San Ildefonso es un lugar de reposo privilegiado de nuestra Historia ofreciendo una determinada realidad socio-cultural que permite rastrear la emotividad social a través de sus epitafios. Sus posibilidades culturales y simbólicas son múltiples porque utiliza el Arte y la Historia para hablar de realidades sociales, de crónicas de vida y de la relación dual con el pasado y con los sistemas culturales de la época en que se expresaron.