El aguilucho cenizo es un ave rapaz considerada en situación ‘vulnerable’ que mantiene su hábitat predilecto en las estepas cerealistas y es habitual verla sobrevolando a baja altura los trigales, oteando insectos grandes o micromamíferos (topillos, ratones), que a su vez tienen en los cultivos un hábitat propicio. El riesgo de desaparición de la especie estriba fundamentalmente en el hecho de que nidifica en el suelo y los pollos mueren bajo los peines de las cosechadoras al comienzo de la siega y cuando aún no pueden volar.
El ‘cenizo’ es un ave de tamaño mediano que ronda en edad adulta los 110 centímetros de envergadura, un peso cercano a los 300 gramos y luce unas alargadas y puntiagudas alas. Los machos, de color gris le otorgan el nombre de ‘cenizo’ mientras que la hembras son de color pardo.
La Sociedad Española de Ornitología (Seo Birdlfife) en Segovia, tomó como referencia actuaciones en otras provincias para ‘tomar medidas’ que permitieran preservar la población de una especie “fundamental para el control de los topillos”, según reconoce Pablo Robledo, representante de la organización. El protocolo de actuación es “sencillo”, explica Robledo: “salimos al campo e intentamos localizar los nidos, nos situamos en zonas alta con telescopios y seguimos a las hembras” y, añade, “luego entramos al cereal, cogemos las coordenadas del nido y hacemos un seguimiento”. El procedimiento continúa entonces con un informe a la Diputación de la localización del nido que a su vez se lo comunica al agricultor que facilita la colocación de un pequeño vallado que lo protege.
La Diputación juega un papel importante en la campaña, que comienza a mediados de abril y finaliza en julio puesto que realiza tareas de coordinación con los agricultores que “casi nunca ponen pegas”, asegura Robledo. Y es que el vallado es “de seis metros y medio cuadrados para evitar que haya posibles depredadores que aprovechen para asaltar el nido”. Los agricultores apenas reciben una mínima compensación por permitir la instalación del pequeño vallado por lo que, afirma Robledo, “prima la buena voluntad de los propietarios de los terrenos”
Con posterioridad al vallado, los ornitólogos vuelven a los nidos y analizan la evolución de la nidada. “Si la pollada va adelantada no hay problema, pero si va atrasada entra en riesgo y hay que actuar”, explica Robledo. Normalmente una nidada tiene entre 3 a 5 huevos, pero no todos ni mucho menos salen adelante. “También tienen deprededaores”, sostiene Robledo.
Ni la actuación de los miembros de Seo Birdlife ni la valla complican la existencia de una especie ya de por sí afectada por el adelanto de las cosechas y la maquinización de la recogida del cereal. El diputado de promoción económica, Jaime Pérez, entiende que la misión que desempeña Seo Birdlife es “fundamental” para “ controlar las plagas de topillos y otros roedores, a la vez que son «un activo de nuestra diversidad ornitológica y medioambiental” y por ello aportan desde la institución 3.000 euros para financiar el programa.
Hasta el momento y en la campaña, Seo Birdlife ha logrado proteger 12 nidos mientras que en toda la campaña del año anterior salvaron a polluelos procedentes de 31. Las zonas de la provincia en la que, hasta la fecha se han localizado más nidos están en Santa María la Real de Nieva, Abades, Turégano y Ayllón.
El riesgo de una especie como la del aguilucho cenizo “es un problema de ahora”, asegura Robledo, y para preservar la especie considera que “es una tarea a largo plazo». «Las aves van a seguir con su ritmo pero la agricultura adelanta cada vez más las cosechas por el cambio climático. Sin la tarea que hacemos puede disminuir muchísimo la presencia de los aguiluchos en los campos de cereal”, apunta Robledo. Además, otras especies de aguilucho como el ‘lagunero’ y el pálido podrían atravesar una situación similar en un futuro cercano, según Seo Birdlife.
Concienciación a los escolares
La tarea de Seo Birdlife asociada con la campaña va más allá de la propia protección de la especie puesto que algunos de los ornitólogos que protejen al aguilucho cenizo recorren diferentes centros educativos de la provincia contando las bondades de una especie que, pese a la intervención de los ecologistas “sigue en riesgo”. En los últimos años también se realizó una exposición itinerante por diferentes localidades de la provincia en la que se especificaban los riesgos para la población del ave rapaz y susu características morfológicas.
Seo Birdlife empezó su actividad en Segovia en torno a los años 2010-2011 y cuenta con 81 personas aunque, reconoce Robledo, “no todo el mundo trabaja en esta campaña y somos 25 los que lo hacemos aunque también hay algunas personas que no son colaboradores de Seo Segovia”. Además, la Sociedad en defensa de las aves mantiene convenios con diferentes ayuntamientos como el de Segovia en el que ambas instituciones se comprometen a “proteger la biodiversidad”.
Texto: Ical
Foto: polluelo de aguilucho cenizo/Seo Birdlife