El claretiano Luis Ángel De las Heras Berzal (Segovia, 1963) es el nuevo obispo de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol y fue ratificado en acto eclesiástico el día 7 de mayo. De vocación temprana, De las Heras entró en el Seminario de su ciudad natal con tan solo 14 años. Teólogo, filósofo y profesor, el castellano y leonés es el tercer segoviano que a lo largo de los años ha estado al frente de la Diócesis y sustituye en el cargo al palentino Manuel Sánchez Monge, obispo entre los años 2005 y 2015. En una entrevista con Ical, habla de como entiende su nueva labor y reconoce la apertura con la llegada del papa Francisco.
¿Qué supone para usted el hecho de ser el nuevo obispo de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol?
Es una responsabilidad muy grande, un salto cualitativo con respecto a mis anteriores funciones. Hasta la fecha estaban mi ocupaciones relacionadas en torno a los claretianos hasta que hace dos años y medio fui nombrado Presidente de los religiosos de España.
¿Se prepara uno para ser Obispo?
Nunca pensé que sería Obispo pero lo cierto es que a lo largo de los años me han preparado para asumir una misión en términos religiosos. Ahora mi misión es la de ser Obispo de Mondoñedo- Ferrol. El cambio va a ser radical puesto que estoy acostumbrado a vivir en comunidad y ahora tendré que hacerlo solo.
En el ámbito de las relaciones sociales parece que también puede cambiarle la vida
Me he convertido en un personaje público. Ahora socialmente tengo mucha repercusión, más eco y también más encuentro con agentes sociales, políticos, culturales… además, la Diócesis está en Galicia, donde hay mucha vivencia de lo religioso. Tengo que ser puente, mediador y entender todas las posturas defendiendo las de la Iglesia, claro.
¿Hará falta mano izquierda?
Soy un convencido del diálogo aunque éste también tiene sus fracasos. No hay método mejor para llegar a los objetivos comunes. Tampoco creo que sea recomendable que los obispos sean lideres de opinión. Es muy peligroso que todo dependa de la opinión de un Obispo. La Iglesia no es un obispo, la formamos todos.
¿Cómo quiere que sea su relación con las instituciones?
El diálogo ha de ser fundamental desde la clara identidad de cada uno sin buscar confrontación porque no lleva a ningún lado. Vivimos en una sociedad avanzada y con libertad de expresión y no hay posibilidad de persecución por las convicciones de cada persona. Cuando haya diferencias buscaremos vías de solución sin engaños ni falsos razonamientos.
¿Y cuál será su día a día?
Tengo claro que no quiero ser un Obispo de despacho. La gente te pide que estés con ellos, que compartas con ellos muchas cosas. El Obispo es requerido para muchos actos públicos, reuniones con instituciones… tengo asumido que este año no tengo vacaciones y aunque me gustaría escribir de momento me voy a centrar en conocer bien la Diócesis.
La llegada del Papa Francisco, ¿qué ha supuesto para la Iglesia?
Todo el mundo reconoce que ha traído un nuevo aire a la Iglesia y al mundo. La apertura, el talante, el modo de hacer una Iglesia cercana a los más necesitados… estoy disfrutando con esta nueva linea aunque soy de los que cree que siempre hemos tenido los mismos objetivos. Otra cosa es que hayamos sabido hacerlo mejor o peor.
Los escándalos asociados a la Iglesia no favorecen nada su tarea
Cuando ocurren los problemas hay que saber distinguir las cosas y no confundir, hay que tener la capacidad de separar, limpiar y pedir perdón y atender a cualquier víctima, sobre todo si el que comete el error es alguien del que no se puede esperar que sea verdugo. También es importante separar el delito en el que la justicia tiene mucho que decir y otros escándalos que sin ser delitos sí que son incoherencias. No hay que mezclar las cosas.
¿Repercuten las polémica en las vocaciones?
Necesitamos trabajar más porque haya cantera, es uno de los primeros temas a tratar pero los obispos no tenemos varitas mágicas. Es un desafío importante. No podemos pensar en la posguerra en la que hubo mucha gente que iba a los seminarios en parte para poder estudiar.
¿Y la posibilidad del matrimonio para los sacerdotes?
Hay cuestiones en las que no me considero muy aperturista aunque respondo a los problemas que voy encontrando. Los religiosos hemos optado por una vida célibe y yo creo que no estar casado tiene una gran ventaja porque permite trabajar con mucha más libertad. Tampoco creo que sea una solución para las vocaciones.
Le hemos visto hace poco apoyar la declaración de la Semana Santa de Segovia como de Interés Turístico Nacional
Aunque no he vivido mucho en Segovia me siento segoviano. Reconozco mis raíces, nací en el barrio de San Millán y conozco muy bien las esculturas de Aniceto Marinas que salen en procesión en Semana Santa, son auténticas joyas. La Semana Santa de Segovia merece el reconocimiento por muchos motivos.
¿Y a los jóvenes, qué les puede decir?
Por parte de la iglesia podemos ofrecer una esperanza en este mundo que no ofrece cosas claras para los jóvenes. El mensaje tiene que ser ‘queremos estar con vosotros, luchar con vosotros y saber lo que os preocupa’. En estos tiempos todos necesitamos mucha esperanza.
Entrevista: Javier de Andrés/Ical
Foto: Luis Ángel de las Heras junto a un cuadro de San Antonio María Claret