Las actuaciones previstas para solucionar las filtraciones y los daños que producen las palomas en el acueducto de Segovia comenzarán mañana con la colocación de todo el andamiaje necesario tras dos meses de retraso. La concejala de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Segovia, Claudia de Santos, explicó a Ical que “el martes” se iniciarán los trabajos con un plazo de ejecución previsto de tres meses.
Estos dos proyectos, cuyo desarrollo estaba planteado inicialmente para el mes de mayo, se tuvieron que demorar por el anidamiento de dos aves en el monumento: el vencejo y la chava piquirroja. Los técnicos han tenido que esperar hasta el nacimiento de los pollos y su vuelo para el comienzo, lo que ha ocasionado que los andamios coincidan con una de las épocas de más llegada de turistas a la ciudad. “Quien ha marcado la fecha de inicio son los pájaros. El acueducto tiene mucha vida y hay que respetarla”, aseguró a Ical la edil de Patrimonio Histórico.
Las dos actuaciones se engloban dentro del mismo “paraguas”, indicó Claudia de Santos, ya que se financian a través de un convenio entre Bankia y el Consistorio segoviano con un presupuesto global de 27.872 euros. En concreto, el gasto previsto para el tratamiento de las filtraciones asciende a 19.884 euros, mientras que al control de las palomas y la reparación de los daños se destinarán otros 8.028.
Los trabajos comenzarán por solucionar los problemas de humedades, un proyecto adjudicado a la empresa Julio Barbero. El Consistorio lleva diez años esperando a la ejecución de estas obras debido a las discrepancias con la Comisión Regional de Patrimonio para su autorización. Finalmente se alcanzó un acuerdo con la Junta de Castilla y León para retirar buena parte de la conducción de plomo instalada sobre el canal a lo largo de la parte visible del monumento entre los años 1992 y 1999, una intervención que agudizó las humedades.
En concreto, la actuación que se iniciará el martes consiste en la retirada de unos 650 metros de la citada canalización, además de llevar a cabo labores de limpieza e impermeabilización de la conducción original con mortero de cal. Los problemas se concentran en el sector de la calle Almira, así como en la parte restaurada en el siglo XIX, junto al Postigo del Consuelo, mientras que el tramo más resistente es el originario, el romano, datado entre los siglos I y II.
Trozos de granito contra las palomas
El segundo proyecto consiste en tapar las oquedades que presenta el monumento entre algunas de sus piedras y donde nidifican las palomas, además de aplicar un tratamiento contra sus excrementos. Los principales problemas están localizados a la altura del acueducto en la plaza de Día Sanz. Estos trabajos serán ejecutados por la empresa Restaurograma, de la mano del restaurador italiano Graciano Paancieri.
En un principio, la solución barajada por el Ayuntamiento de Segovia, y consensuada con Patrimonio, era la colocación de ovillos de nailon en los huecos que hay entre las piedras del tramo medieval del monumento para evitar que aniden las palomas. Este material se iba a fijar a las oquedades con resina epóxica para evitar daños al acueducto. Sin embargo, finalmente se ha optado por llenar estas zonas con “pequeños trozos de granito”, como detalló la concejala de Patrimonio Histórico.
De Santos aclaró que esta intervención se irá viendo “sobre el terreno” para comprobar los resultados y siempre con la colaboración de las organizaciones ecologistas. En unas declaraciones realizadas a la agencia Ical el pasado 30 de marzo, la edil detallaba que el sector del acueducto reconstruido en el siglo XV presentaba “unos huecos enormes” entre las piedras, “y el problema” de las palomas ya no sólo era que “van horadando, sino las eyecciones, que son altísimamente corrosivas”. “Puede ser un problema grave y además abordarlo es complicado porque, evidentemente, no puedes poner jaulas ni llenar todo de pinchos y cables”, decía. En ese momento ya advertía que confiaba en el funcionamiento de estas medidas “no invasivas” y “sí absolutamente reversibles”.
Ambos proyectos cuentan con la autorización necesaria de Patrimonio y la adjudicación de los mismos ha sido directa, al tratarse de un contrato menor al más económico de las tres propuestas presentadas. Unas obras que pondrán fin a diez años de problemas de filtraciones y humedades en este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.