Una decena de mascotas acudieron hoy a la tradicional cita de San Antón en la capital segoviana para recibir la bendición del patrón de los animales en la iglesia de Santa Eulalia. Desafiando a las bajas temperaturas registradas durante la jornada, segovianos y segovianas asistieron a tradicional procesión y posterior ritual que se aplazó hasta el domingo después de la festividad celebrada el jueves.
Los miembros de la Cofradía San Antón Abad portaron la imagen del santo eremita desde la iglesia recorriendo las calles José Zorrilla, Plaza del Somorrostro y Alférez Provisional hasta el jardín de la plaza de Santa Eulalia. El santo estuvo acompañado por la música de dulzainas y tambores del grupo Los Pakos, y las danzas de algunas de las mujeres que seguían la comitiva. Junto a la música y algún que otro ladrido, los segovianos rindieron homenaje al santo a grito de “¡Viva San Antón!”.
Principalmente fueron perros los que recibieron del párroco del templo, Inocencio Martín Sastre, la bendición de San Antón, aunque también se dejaron ver gatos y una pequeña tortuga. Ataviados con todo tipo de indumentarias para resistir al frío segoviano como jerseys, chaquetas o incluso un pequeño abrigo de plumas, los animales recibieron del hisopo el agua bendita.
Es el caso de Jaime, un perro de raza chihuahua, “bastante gordo”, como señala “su mamá” Isidora Sáez, que acudió a la cita engalanado con un jersey decorado con un lazo y un broche para la ocasión. Esta vecina del barrio no se pierde la cita desde que Jaime nació hace cinco años. “Le quiero mucho y quiero que el santo le proteja”, explicó a la agencia Ical.
El mismo tiempo lleva acudiendo al festejo Golfo, un cocker de cinco años, a quien la bendición le sirve “para no ponerse malo”. Así lo aseguran sus dueñas quien se muestran convencidas de que el amparo del santo se hace efectivo tras la bendición del párroco. Lo cierto es, como señalaron, que aparte de la tradición, el cariño por su mascota es tan grande que traspasa creencias. “Es como de la familia”, concluyeron.