En una histórica villa de Segovia se esconde un manantial de ensueño, un lugar que invita a dejar atrás las prisas y reconectar con la naturaleza y con uno mismo. Según ha transmitido la tradición hasta la actualidad su agua tendría propiedades saludables, motivo por el que recibió el nombre de Fuente de la Salud.
A pocos minutos del casco histórico de Sepúlveda, junto al valle del río Duratón, brota este manantial, aguas cristalinas que combinan belleza paisajística con un entorno ideal de ocio al aire libre.
Una ruta por un manantial de ensueño en la provincia de Segovia
Este rincón, rodeado de vegetación y formado por un pequeño conjunto de piscinas naturales y cascadas, se ha convertido en un destino perfecto para quienes buscan desconectar del día a día. Sus aguas claras y frescas ofrecen la posibilidad de darse un chapuzón en verano y, fuera del periodo estival, el entorno invita a disfrutar de un picnic y una caminata relajada, pues para llegar hasta allí, hay que andar un poco.
– El palacio segoviano en el que se ha rodado ‘Ena’, la nueva serie de TVE –
La ruta comienza en Sepúlveda y tras un recorrido de 3,1 kilómetros permite a los visitantes llegar hasta la Fuente de la Salud. Además, muy cerca del manantial se hayan otras rutas que permiten a los aventureros descubrir los paisajes del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.
Más allá de su atractivo visual
Pero, más allá de su atractivo visual, la Fuente de la Salud tiene también un importante valor geológico e histórico. Se trata de un manantial minero-medicinal que emerge de un acuífero kárstico, lo que ha suscitado el interés no solo de visitantes, sino también de especialistas en hidrogeología y cultura local.
Una oportunidad para visitar el pueblo de las siete llaves
La villa de Sepúlveda, declarada Conjunto Histórico-Artístico, es el complemento perfecto a esta escapada. El pueblo de las siete llaves encierra una villa medieval fortificada y aún conserva tramos de su muralla del siglo X y sus famosas puertas. Sus calles medievales, sus iglesias románicas, sus plazas con encanto y el asado, joya gastronómica de la localidad, hacen que una visita al manantial pueda transformarse en un plan de fin de semana completo.










