Segovia se despide de una de sus referencias deportivas más queridas. Tras tres décadas formando a generaciones, los Centros Deportivos Victoria cierran una etapa que marcó profundamente la historia del deporte en la ciudad. No fue solo un gimnasio boutique ni un espacio de entrenamiento: fue un lugar donde miles de segovianos aprendieron disciplina, superación, amistad y una manera diferente de entender el movimiento.
– Unas jornadas por más mujeres en el deporte profesional –
Los más de 30 años de historia de los centros deportivos Victoria
Durante 30 años, Victoria fue pionero. Introdujo el fitness cuando apenas nadie entrenaba en gimnasio, impulsó el entrenamiento personal antes de que se pusiera de moda y abrió camino a las artes marciales de contacto en Segovia, convirtiéndolas en una escuela de vida para jóvenes, adultos y familias enteras. Buena parte de lo que hoy forma parte del paisaje deportivo segoviano nació entre sus salas, sus tatamis y su ambiente cercano.
«Despedirnos del Club ha sido una decisión tremendamente difícil por la enorme carga emocional que conlleva —explica Juan Carlos García, CEO y entrenador—. Son horas, meses y años entregados a un proyecto que nos lo ha dado todo. Pero cuando una puerta se cierra, otra se abre con más ilusión. Iniciamos ahora un megaproyecto con proyección nacional e internacional que volverá a marcar un antes y un después en la vida de muchos aficionados segovianos».
La despedida deja una larga lista de agradecimientos. Al equipo de profesores y entrenadores, que Juan Carlos define como «familia», por su calidad humana y su forma de transmitir valores más allá del deporte. A su padre, «pieza clave en el funcionamiento del proyecto, siempre trabajando, siempre sosteniendo, incluso en los días más frenéticos». Y a los miles de alumnos, clientes y amigos que llenaron el centro durante estos 30 años, algunos de los cuales hoy llevan allí a sus hijos o nietos, manteniendo viva la cadena de aprendizaje.
El legado del club deportivo Victoria
El legado competitivo del club es inmenso. El Centro de Competición —que continuará su trayectoria bajo la marca Victory, con dimensión internacional— ha escrito uno de los capítulos más brillantes del deporte segoviano. Más allá de los trofeos y reconocimientos, cada medalla guarda una historia compartida, un sacrificio, una emoción, un recuerdo que seguirá vivo.
«Somos y seremos leyenda», afirman en su mensaje de despedida. Las palabras resumen el espíritu de una institución que no solo enseñó a entrenar, sino a crecer. Que formó carácter, cuidó a quienes llegaban inseguros y celebró con la misma intensidad las victorias y las derrotas. Que convirtió el deporte en un lugar para encontrarse y encontrarse a uno mismo.
Este cierre no suena a final, sino a tránsito. «Este no es un adiós, sino un hasta luego —añaden—. Nuestros caminos se cruzarán de nuevo. Seguiremos unidos por la pasión por los deportes de contacto y por los vínculos que construimos».
Una frase, la misma que ha guiado estos treinta años, resuena como despedida: «El verdadero espíritu del deporte radica en la amistad forjada». Segovia dice adiós a unos centros históricos. Y guarda, para siempre, la huella que Victoria deja en su memoria colectiva.









