Este 26 de julio se cumplen 150 años del nacimiento de Antonio Machado, una de las figuras más emblemáticas de la literatura española. Aunque nació en Sevilla, Segovia fue una de las ciudades que más profundamente marcaron su vida, su pensamiento y su obra. Hoy, la capital castellana recuerda y celebra el legado de un hombre que la convirtió en paisaje interior y patria espiritual.
Antonio Machado en Segovia: llegada, vida y legado
En noviembre de 1919, Antonio Machado llegó a Segovia para ocupar la cátedra de francés en el Instituto General y Técnico, actual IES Mariano Quintanilla. Tenía 44 años y dejaba atrás siete años en Baeza. Su regreso a Castilla fue también un retorno a sí mismo.
Machado se instaló primero en el Hotel Victoria, pero pronto se trasladó a la pensión de Luisa Torrego, en el número 11 de la calle Desamparados, hoy sede de la Casa Museo Antonio Machado. Esta modesta habitación, que él llamaba su «celda de viajero», se conserva prácticamente intacta y puede visitarse, siendo uno de los lugares literarios más visitados de Castilla y León.
La rutina segoviana del poeta
Cada mañana, Machado salía de la pensión y ascendía hasta la Plaza Mayor. Desde allí descendía al Azoguejo por la Calle Real y subía hasta el instituto por la calle del Angelete, hoy calle Ruiz de Alda, paralela al Acueducto.
Segovia no fue solo escenario de sus clases. Machado convirtió la ciudad en un refugio y en un lugar de contemplación. Paseaba por la ribera del río Eresma, el monasterio de El Parral, la Fuencisla o el camino hacia La Granja de San Ildefonso. Esos recorridos nutrieron su mirada y ampliaron el paisaje poético de Castilla.
Casa Museo Antonio Machado: visita imprescindible en Segovia
La Casa Museo Antonio Machado en Segovia es un punto clave para quienes desean seguir los pasos del poeta. El espacio, gestionado por la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, conserva muebles originales, objetos personales y el ambiente sobrio que inspiró muchos de sus pensamientos. Es un lugar de recogimiento y memoria, especialmente en el año del 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado.
La etapa segoviana: teatro, prensa y la idealizada Guiomar
Durante sus trece años en Segovia, Machado no solo ejerció como profesor. Escribió teatro junto a su hermano Manuel, colaboró en prensa y fue elegido miembro de la Real Academia Española, aunque nunca tomó posesión del sillón.
En 1928, llegó a la ciudad Pilar de Valderrama, escritora madrileña que inspiraría al personaje de Guiomar, amor idealizado y figura clave en su poesía tardía. Se conocieron en el Hotel Comercio y compartieron paseos por la ciudad. Aunque sus encuentros posteriores fueron en Madrid, Segovia fue el lugar donde nació ese amor maduro y secreto que rejuveneció su espíritu.
El adiós a Segovia, pero no a Castilla
En 1932, Antonio Machado obtuvo una nueva plaza en Madrid, lo que puso fin a su etapa segoviana. Sin embargo, su vínculo con la ciudad nunca se rompió. Segovia fue para Machado mucho más que una residencia temporal: fue el paisaje de su madurez, la ciudad que lo acogió, lo inspiró y le dio voz en uno de sus periodos más fecundos.
Segovia y Antonio Machado: una historia viva
Hoy, 150 años después del nacimiento de Antonio Machado, Segovia mantiene viva su memoria. La Casa Museo, los paseos del poeta, las calles que recorría y los versos que aún resuenan en sus rincones conforman una experiencia literaria única.
En Segovia, no dejes de recorrer los escenarios que marcaron al poeta. Visitar la Casa Museo Antonio Machado, pasear por el Eresma o detenerte frente al Acueducto con sus ojos es la mejor forma de celebrar su legado.
Porque Antonio Machado no solo vivió en Segovia. Segovia también vive en Antonio Machado.