El arte tiene muchas formas de entenderse: de manera individual, de forma colectiva… y también con una copa de vino. Esa fue la fórmula de éxito del taller organizado por Graffwine en el Palacio Quintanar, una propuesta creativa y participativa que reunió a más de 40 personas en una experiencia única.

Acompañados por la artistas Noemí Soler, de Pareidolia y Ana Serrano, los participantes crearon un mural colectivo donde la mezcla de colores, las texturas y la libertad expresiva marcaron la jornada. Todo ello con una copa de verdejo de uva de Nieva Graff Wine en la mano, que añadió un toque sensorial al proceso artístico

Dividido en dos turnos y abierto a todas las edades, el taller permitió que cada participante explorase su faceta más creativa y se llevase su propia obra en un pequeño bastidor. Un plan diferente, en un entorno inmejorable, que convirtió una tarde cualquiera en una cita para el recuerdo.

La acogida ha sido tan positiva que el taller promete volver a repetirse muy pronto. Porque cuando el arte se mezcla con el vino, las ideas fluyen y las paredes cobran vida.