Día 1: Segovia – Coca – 56’5KM – 7h11’. Por Abel de Frutos
Hoy día 21 de mayo dio comienzo el reto Uniendo caminos a contracorriente
por AEFAT.Tras muchos días pensando en si iba a llover, en que llevar, volviéndome loco para hacer la mochila, finalmente parece que el tiempo nos dio una tregua y el día amaneció perfecto. Díez grados a las 7 de la mañana marcaba el termómetro a los pies del Acueducto, lugar dónde comenzó la fiesta. Junto con Ana, madre mía, siempre al pie del cañón y dándome soporte en todas mis tontás y tras dar las gracias al primero de nuestros “padrinos” el restaurante Casares comenzó la aventura.
Primeros metros y empezamos con cuestas (hombre esto es Segovia, que podíamos esperar), subida por la calle real en dirección a la catedral, para luego bajar por la calle escuderos hacia San Marcos. Y vuelta a las cuestas con la subida a Zamarramala.
Había soñado muchas veces con esta primera etapa y siempre veía el campo amarillo y seco. Nada más lejos de la realidad, las abundantes lluvias de los últimos días han dejado los campos preciosos, verdes y floridos, geniales para la vista pero no tanto para los alérgicos como yo, menos mal que llevo antiestamínicos en la mochila y pude evitar el ataque alérgico. Camino muy solitario, apenas vi un par de peregrinos en toda la etapa, pero para ser sinceros es algo que no me preocupa, pues me gusta la soledad del
corredor de fondo, así que a tirar millas (aquí kms y listo).
Pasamos por varios pueblos de la provincia de Segovia, Zamarramala, Los huertos, Añe, Pinilla Ambroz, Santa Maria la real de Nieva, Nieva, Nava de la Asunción y por último Coca. El mayor problema no es la soledad, es la cantidad de pinares que pasamos durante el recorrido. Es muy complicado correr en esa tierra, por lo que en ocasiones toca reducir la marcha y procurar que no ocurra una desgracia en forma de esguince.
Gracias a NUTRIEXPER las pautas de comida me van de lujo, la verdad es que ya nos conocemos y la pauta es bastante adaptable a mi estómago, así que uno de los problemas más recurrentes en la Ultra distancia de momento queda salvado.
A pesar de ellos los últimos kilómetros se hacen un poco bola, entre que el calor empieza a pegar y que voy por un pinar el tema de hace duro, pero tirando de cabeza voy restando kilómetros hasta llegar a Coca en 7h11’. Muy contento y con ganas de darme una ducha y quitarme zapas y ropa.
Ya solo queda descansar, para atacar la segunda etapa que transcurrirá entre Coca y Simancas, otros 56 kilómetros por AEFAT en busca de una cura para la ataxia telangiectasia. Ya sabéis, si queréis apoyarnos podéis hacerlo en migranodearena.org.