La Junta abierta al proyecto de tren turístico propuesto para conectar tres estaciones ferroviarias en la provincia de Segovia. Concretamente, las de Ortigosa de Pestaño, Yanguas de Eresma y Hontanares.
Ciertamente, la Junta admite que esas estaciones son propiedad de Adif, «por lo que no podemos actuar», ha reconocido el consejero Portavoz a Segoviaudaz.es. Sin embargo, Carlos Fernández Carriedo se ha mostrado dispuesto a escuchar a Adif y valorar la iniciativa.
Siempre es bienvenida una propuesta para recuperar el patrimonio de Castilla y León, en este caso, antiguas estaciones de tren en la provincia de Segovia, ha estiamdo.
El arquitecto Adolfo Rubio Cobos presnetó a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León el proyecto.
El proyecto
La idea es recuperar la vía de conexión entre las estaciones de Ortigosa de Pestaño, Yanguas de Eresma y Hontanares, y hacer un tren turístico que recorra el trazado, dando valor a la zona.
Además, plantea la posibilidad de futuras ampliaciones hasta Segovia capital y Nava de la Asunción.
Esta ampliación «resulta el complemento lógico e ideal», apunta en el escrito. No obstante, «sería acometida por los promotores con posterioridad, dado que requeriría una negociación especial con Renfe y Adif, que puede ir gestionándose a la misma vez que están actuando en el resto».
La estación de Ortigosa de Pestaño fue construida en 1915, con una mezcla de ladrillo, piedra, cornisas, ventanales y dinteles. De estilo neomudéjar con paramentos de mampostería y ladrillo, restos de azulejería en su interior, cubierta de teja árabe y una interesante marquesina de fundición a base de unas delgadas columnillas clásicas y vigas caladas o de celosía.
Durante décadas, formó parte de la línea de ferrocarril que unía Segovia con la localidad vallisoletana de Medina del Campo.
Como resultado de aquellos años de intensa actividad, cuyo cénit tuvo lugar entre 1940 y 1960. Se articuló en torno a la estación un pequeño barrio y conjunto industrial. Estaba compuesto por una fábrica de harinas, otra de hielos, un molino, un aserrío, panaderías, una central eléctrica, así como numerosos almacenes y comercios.
A partir de los años 80 comenzó un declive que llevó a su cierre definitivo en 1993 dada su falta de rentabilidad económica.