edificio industrial más antiguo del mundo
Img/Jeremy Wong Weddings-Unsplash

El edificio industrial más antiguo del mundo está en Segovia. Data del siglo XVI, está en el corazón del Valle del Eresma, declarado Paraje Pintoresco en 1947, y con magnificas vistas del Alcázar.

Pues bien, este edificio ofrece la posibilidad de casarte en su «maravilloso Jardín del Rey». Se trata de «una pequeña joya concebida para el disfrute personal de Felipe II de espacios recoletos, dirigido a los cinco sentidos dentro de la más pura tradición renacentista».

Así, la Real Casa de la Moneda de Segovia dispone de este servicio para bodas. De este modo, como refleja en la página web, pregunta ¿Siempre has deseado una boda de ensueño? ¿Te gustaría celebrarla en un lugar único? ¿Quieres que tu boda sea una experiencia inolvidable para ti y todos tus invitados? Y, si la respuesta es afirmativa, «la Real Casa de Moneda de Segovia, es el lugar que buscas para el día más importante de tu vida», responde.

Además, informa, «si decides casarte aquí, como sabemos que organizar una boda puede ser agotador, desde Turismo de Segovia te vamos a ayudar». Para ello, incluso, cuentan con la ayuda de «wedding planners».

En este link puedes consultar el Reglamento de Bodas de la Real Casa de la Moneda de Segovia, que incluye tarifas, horarios, descripciones y otros detalles para el enlace nupcial.

El Jardín del Rey

Según detalla Turismo de Segovia, el Jardín del Rey «es un lugar que invita al paseo, a la reflexión, a la integración con la naturaleza y a la pesca, actividad a la que era gran aficionado el rey.

Ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de sus quinientos años de historia, y en él permanecen las huellas renacentistas originales, pero también las del paso del tiempo, especialmente de la época de Isabel II.

El jardín del rey fue concebido según la tipología de jardín huerto, concepto que se remonta a la antigua Persia y en el que el agua tiene una importancia fundamental. Sin agua no hay jardín, sin agua no hay plantas, no hay flores, no hay insectos, no hay pájaros, no hay nada.

Lo ideal de este jardín es que en verano los árboles están frondosos. Paseando por él, podrá disfrutar del perfume de los lilos y las celindas en primavera o los membrillos al inicio del otoño… Lo que es seguro es que disfrutará del sol en invierno y de una buena y fresca sombra en verano, pues todas las especies arbóreas son caducifolias.

Déjese llevar por los vericuetos y perciba el equilibrio de su geometría, integrado con la sutileza cromática de las flores y plantas. En la parte inferior, un tapiz de fragaria rodea el pabellón de pesca, punteado de jacintos morados. Allí también, bajo un arce, crecen blancas e intensas celindas.

En dirección hacia la pérgola central, el salón de las rosas damáscenas donde también crece madreselva. Al otro lado de la pérgola, el salón de los bojes, con ejemplares centenarios hechos ya árboles. Y también lirios y rosas de Francia. A la vera del río, un ejemplar del árbol del amor sobre un tapiz de prímulas, erígeron y aquilegia».

Foto de Jeremy Wong Weddings en Unsplash