pueblo (casi) deshabitado de pizarra
Img/David Daguerro-Wikipedia

Con tan sólo una veintena de habitantes, este pueblo (casi) deshabitado de pizarra es ideal para desconectar. Se encuentra en la provincia de Segovia, y está considerado como uno de los mejores ejemplos de los Pueblos Negros.

La primera noticia escrita que se tiene de El Muyo data del año 1353, «aparece en la estadística de iglesias de la diócesis de Sigüenza, como perteneciente al Arciprestazgo de Ayllón «la eglesia del Muyo es un beneficio curado e riende 70 mrs (maravedies)». 

Eclesiásticamente, El Muyo perteneció a la diócesis de Sigüenza, hasta que pasó a la de diócesis de Segovia en 1953.

Su cruz, protagonista de Las Edades del Hombre

La iglesia de San Cornelio y San Cipriano tiene elementos de distintas épocas, acumulados en sucesivas reformas y arreglos. El cuerpo del templo se organiza en dos naves, apareciendo en la sur un retablo con tablas de buena factura y de estilo renacentista. Ambas naves se comunican a través de tres arcos de medio punto apoyados en impostas lisas y pilares.

En su interior se conserva una cruz procesional de plata que está datada a mediados del siglo XVI, y que figuró en 2003 en la exposición de la Fundación Las Edades del Hombre en la Catedral de Segovia.

Recorrido por sus calles de pizarra

Recorrer las calles de El Muyo es volver al pasado, en pura esencia. No obstante, en los últimos años se han reformado parte de sus edificios y suele atraer la atención de turistas que buscan la autenticidad y el relax de la zona, además de un rico patrimonio artístico.

«Tanto paredes como tejados están hechos con lajas de pizarra. Los curiosos pórticos de entrada, así como los vanos de las ventanas y los hornos de las casas son otros elementos arquitectónicos muy llamativos», resalta Segovia Turismo.

Lanchares de El Muyo

Es un punto de interés geológico y paisajístico. Concretamente, es la zona del camino que unía El Negredo con el Muyo, paraje de Las Herreras.

«En esta zona afloran vetas de cuarcitas totalmente blancas que destacan entre el negro de las pizarras negras. Las pizarras se han utilizado en construcción de rediles y tenadas para el ganado. Aún se conservan los muros maltrechos y algunos tramos de las viejas callejas por las que transitaba el ganado y los pastores. Estas construcciones forman parte del patrimonio cultural de los pueblos negros y aportan al paisaje natural un contexto, además de dotarle de gran belleza», subraya también Segovia Turismo.

Añade que «en la bajada al arroyo de la Tejera se mantiene algún manantial y ya en la subida al pueblo se conservan tramos de calzada construida aprovechando las losas de pizarra.

Además del valor paisajístico, esta zona es un magnífico mirador hacia la Sierra de Ayllón y desde aquí podemos identificar cumbres tan emblemáticas como Valdebecerril, el Collado del Puerto del Infante o el Peñón de las Arcas junto al Collado Cimero».


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