Más de uno de cada cuatro contratos que se suscribieron el año pasado en la Comunidad, casi 215.000, se firmaron a través de una empresa de trabajo temporal (ETT), que superaron las cifras de actividad prepandemia con unas previsiones para 2022 marcadas por la “incertidumbre” por la invasión rusa de Ucrania, los costes energéticos y de materias primas y la reforma laboral, con la eliminación de la modalidad por obra y servicio y la potenciación del fijo discontinuo.

Los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, recogidos por Ical, revelan que el año pasado las ETT suscribieron en Castilla y León, 214.728 contratos de puesta a disposición, lo que supone un aumento del 10,8 por ciento en relación al año anterior, marcado por la pandemia. El dato también supera, no obstante, los 211.509 de 2019, cuando todavía se mantenía una línea de ascenso continuo desde los 202.512 en 2018; los 191.836 en 2017 o los 172.637 en 2016. Las cesiones de trabajadores alcanzaron las 116.135, con un crecimiento del 8,3 por ciento, aunque no se llegó a las 119.503 registradas en 2019; ni las 116.416 de 2018.

La inmensa mayoría de los contratos suscritos respondieron a circunstancias de la producción, 178.679, con un aumento del 13,9 por ciento en comparación a 2020. Por el contrario, los de por obra y servicios ascendieron a 33.988 y los de interinidad, formación y aprendizaje y prácticas, a 2.061, con descensos del 1,8 y 7,9 por ciento, respectivamente.

Los contratos de las ETT supusieron el 26,8 por ciento del total suscrito en la Comunidad durante el año, que ascendieron a 801.804, por debajo del 29,2 por ciento de 2020, cuando asumieron 193.786 de los 663.074, condicionados por la pandemia. Sin embargo, el porcentaje está muy por encima de las cifras precovid, ya que en 2019, las ETT asumieron el 22,4 por ciento de la contratación en Castilla y León (211.509 de 944.661); en 2018 el 21,6 por ciento (202.509 sobre 935.487); en 2017, el 21,2 por ciento (191.836 de 903.261); y en 2016 el 20,1 por ciento (172.637 de 860.453).

Los contratos por circunstancias de la producción a través de ETT (178.679) representaron en 2021, el 39,8 por ciento de los 448.868 suscritos en la Comunidad; y los de obra y servicio (33.988), el 14,2 por ciento de los 239.464 contabilizados.

Un futuro incierto

El director territorial de Adecco en Castilla León, Galicia y Asturias, José Julián Nieto, explicó a Ical, que en 2021 cerraron con cifras “muy próximas” a las registradas en prepandemia, “muy impulsadas por los sectores de logística, alimentación y e-comerce, que “potenciaron de forma importante la generación de empleo”, junto con la vuelta de la hostelería y la recuperación del turismo.

Nieto expuso que en sus previsiones iniciales contemplaban una “pequeña mejora” del empleo neto en 2022 pero existen numerosas “incertidumbres” que condicionan los mercados como los problemas acceso a suministros, el precio de la energía, la guerra en Ucrania y la capacidad de maximizar los fondos que llegan de la UE.

El alto ejecutivo comentó que este año, enero comenzó como en 2019, con un “buen arranque”, pero han registrado una “pequeña contracción” en la contratación en febrero y marzo, muy ligada a la falta de suministros, con un importante impacto en el automóvil, por la falta de semiconductores, y la guerra de Ucrania. “A ver qué ocurre las próximas semanas y meses”, dijo a Ical. Con todo, indicó que liderarán el empleo, la logística, el e-comerce y el contact center, y el sector de la automoción, que puede aportar contratación a finales del año.

Una reforma para la especialización

En cuanto a la reforma laboral, que tendrá vigencia efectiva desde el 1 de abril, tras los tres meses de periodo transitorio desde su aprobación a finales de 2021, dio por hecho que “impactará” en su actividad, aunque seguirán ayudando a “gestionar la flexibilidad” a través de las modalidades de contratación que se les permite, por interinidad y circunstancias de la producción y los fijos discontinuos. Esta última nueva opción, dijo, es una “oportunidad” para generar “flexibilidad estable” para la empresa pero les obligará a hacer un “ejercicio de análisis de mercado en profundidad” y una mayor profesionalización hacia la especialización, lo que requerirá que sean capaces de atraer talento.

Con todo, señaló que la reforma, dentro del valor del consenso, no tiene en cuenta a algunos sectores con necesidades específicas, y puso de relieve que introduce conceptos sobre los nuevos contratos de fijos discontinuos y por circunstancias de la producción “con cierta ambigüedad”, por lo que habrá que ver la interpretación que dan a la norma los tribunales. “A ver cómo aterrizan estos contratos”, dijo, para indicar que “se deja en el tintero” una apuesta por un modelo de flexiseguridad. La clave para medir el éxito está, dijo, en su capacidad final para generar empleo neto.

Provincias

Los contratos suscritos por las ETT se elevaron respecto a 2020, en todas las provincias, excepto en Segovia y Salamanca, donde ascendieron a 17.806 y 10.054, con bajadas del 1,6 y 0,3 por ciento, respectivamente. Por el contrario, se elevaron en Ávila (12.362), un 19,1 por ciento; en Soria (5.794), un 17 por ciento; en Valladolid (68.911), un 15,8 por ciento; en Burgos (31.997), un 12,9 por ciento; en Zamora (12.585), un 10,6 por ciento; en Palencia (44.770), un 8,6 por ciento; y en León (10.449), un 6,4 por ciento.

En cuanto a los trabajadores cedidos, se repitió la situación, con descensos en Segovia (7.547) y Salamanca (6.993), del 7,5 y 3,6 por ciento, respectivamente. Se elevaron sin embargo, en Soria (3.837), un 16,2 por ciento; en Burgos (21.930), un 15,6 por ciento; en Valladolid (39.731), un 12,5 por ciento; en Zamora (5.670), un 9,5 por ciento; en León (6.072), un 6,7 por ciento; y en Palencia (19.310), un 3,9 por ciento