El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia incautó una cabeza de corzo sin precintar y el rifle utilizado para abatir el animal, ocultos en el maletero de un vehículo en el término municipal de Cerezo de Arriba. La actuación se enmarca en la prevención de infracciones penales y administrativas relacionadas con la caza, informa Ical.
El pasado 27 de mayo, durante un control preventivo en la carretera N-110, la Guardia Civil inspeccionó el interior de un todo terreno Range Rover y encontró en maletero un rifle en su funda y la cabeza de un corzo macho muerto. Los agentes observaron que la cabeza del animal no había sido precintada como establece la Ley de Caza en Castilla y León, que obliga al precintado y marcado de la matriz del precinto de ciertas piezas de caza, entre las que se encuentra el corzo, por lo que fue propuesto para sanción
Tanto el animal como el arma utilizada fueron intervenidos y quedaron a disposición de la autoridad competente. Por otra parte, en otro servicio efectuado el día 18 de mayo, los agentes del Seprona fueron requeridos por un ciudadano por la actitud extraña de una persona en las proximidades de un camino que une las localidades de Trescasas con Palazuelos de Eresma. Los agentes inspeccionaron la zona y hallaron un total de tres cajas trampa de pequeñas dimensiones, cebadas, activadas y listas para su uso, con la finalidad de atrapar pequeños carnívoros tipo comadreja, garduña o similares.
Se montó un dispositivo de localización en la zona y se identificó en días posteriores a una persona que portaba en el interior del vehículo que conducía una caja trampa idéntica a las localizadas días atrás y un cubo con cebo. La persona carecía de autorización para la colocación de las cajas trampa por lo que fue propuesto para sanción a la Ley de Caza en Castilla y León.
Las cuatro cajas trampa fueron intervenidas quedando a disposición de la autoridad competente. La Guardia Civil afirmó que de gran importancia para el esclarecimiento de estos hechos de caza furtiva, que se producen tanto en fincas privadas, zonas públicas e incluso en espacios protegidos, que exista colaboración ciudadana, debido a que por estos hechos se producen daños al patrimonio, a la fauna e incluso pueden producirse daños personales al no guardarse las oportunas normas de seguridad en el uso de las armas de fuego.