Más del 40 por ciento de los castellanos y leoneses considera que su situación financiera es peor o mucho peor que hace seis meses, un porcentaje similar, aunque algo inferior, al de aquellos que aseguran que no se ha producido ningún cambio en sus finanzas, pero mucho mayor que el relativo a la cantidad de personas de Castilla y León que afirma que su situación económica es mejor o mucho mejor que hace medio año.
Así se refleja en el primer estudio sobre la situación financiera durante la pandemia de COVID-19, realizado por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), que marca que casi la mitad de los españoles, un 46,2 por ciento, considera que su situación actual es peor (29,1 por ciento) o mucho peor (17,1 por ciento) que hace seis meses.
Castilla y León se sitúa así en una perspectiva más halagüeña que Comunidades como Canarias, donde el 53 por ciento considera que su situación financiera es peor o mucho peor que hace medio año, o Baleares (52,5 por ciento), Cataluña (50,9 por ciento) y Andalucía (49,6 por ciento). No obstante, los habitantes de Castilla y León consideran, como norma general, que su situación es peor en más casos que en Comunidades como Cantabria o Asturias, región esta última con el porcentaje menor al bajar del 40 por ciento.
En el conjunto del país, el estudio de Asufin refleja que el pesimismo se ceba principalmente entre los autónomos, que declaran haber visto deteriorada su situación económica en un 60,7 por ciento de los casos, y los más jóvenes, en un 55 por ciento. Por el contrario, un escaso 5 por ciento del total de personas preguntadas se muestra optimista y piensa que su situación financiera actual mejorará a corto plazo.
Otro rastro importante que deja la pandemia se ve en el ahorro. Hasta un 23 por ciento de la población española se está viendo obligada a emplear sus ahorros en el día a día debido a la transformación sufrida en sus finanzas personales. Frente a ellos, hay un 18 por ciento que sí está ahorrando en estos momentos, aunque gran parte del mismo se debe al pernicioso “ahorro del miedo”.
Los vaivenes sufridos estos últimos seis meses también se dejan notar en la financiación a la que están recurriendo las familias. Cerca de la mitad de los encuestados, en concreto un 48,9 por ciento, ha solicitado algún tipo de ayuda económica, de los que destaca un 23 por ciento que ha recurrido a familiares y amigos para superar el bache.
La encuesta, realizada a 1.655 personas entre los meses de septiembre y octubre, al comienzo de la segunda ola de la pandemia, también revela que hasta un 49,1 por ciento de población admite que sus ingresos se han reducido, de los que un 8 por ciento los ha visto mermados en más de la mitad. Un 15 por ciento de los encuestados ingresa un 10 por ciento menos y un 14 por ciento ingresa hoy entre un 10 y un 30 por ciento menos.
Ante la pregunta de si con su actual situación financiera podrá mantener el mismo nivel de vida previo a la pandemia, los mayores de 65 años son los que se declaran más optimistas al respecto, el 44,2 por ciento. En el lado contrario, se sitúan los más jóvenes, entre 18 y 25 años, de los que apenas un 18 por ciento considera que podrá ahorrar y mejorar su situación económica.
Ante las circunstancias absolutamente extraordinarias que ha traído consigo la pandemia, que han hecho desestabilizar muchas economías familiares, la presidenta de Asufin, Patricia Suárez, recuerda que “en consecuencia, todos los agentes económicos deben redoblar los esfuerzos para que la crisis no siga haciendo estragos entre los más vulnerables”. “Los riesgos de sobreendeudamiento, morosidad e impago están más presentes que nunca y tenemos que preservar la salud financiera de todos los consumidores”, concluyó la presidenta de Asufin.