Pedro Mansilla / ICAL

Llegó el 23 de julio, el día en el que finaliza el Tour de Francia, y en el que  España celebra las elecciones generales a la presidencia del gobierno, en una fecha atípica -periodo vacacional- y con el voto por correo triplicando los números de ediciones anteriores. Dos pruebas, de largo recorrido y llenas de repechos, que tienen un mismo objetivo: llegar primero a la meta.

Ambos casos han seguido una estructura similar durante los últimos 15 días. Un recorrido llano al inicio de la campaña, una parte de montaña (debates en el caso electoral), en los que se han sucedido los ataques entre las principales formaciones, y una jornada final que coronará al vencedor a última hora de este domingo. Las estrategias han estado claras durante la campaña. Pero no solo depende de eso el éxito. También depende del equipo que formen para afrontar el ultimo arreón que supone la jornada electoral. Y ahí entra en juego, como en la carrera ciclista, una figura importante como la del apoderado, o el gregario.

El destino ha querido que estos comicios coincidan con el final del Tour de Francia, lo que permite establecer similitudes entre la labor de un gregario durante la prueba ciclista, y el trabajo de un apoderado durante una jornada electoral. Un trabajo desinteresado, de carácter voluntario en todos los casos, y que tiene como objetivo colaborar con el correcto desarrollo de las votaciones, además de garantizar que todo fluya sin incidentes en los colegios electorales; procurando que esta actividad culmine con el éxito esperado por las principales formaciones políticas. Una figura, la del apoderado, que se mantiene en un segundo plano, pero que sin la cual, no podría organizarse de manera correcta una jornada como la de este domingo.

En Castilla y León se han constituido un total de 4.537 mesas electorales. La provincia de Valladolid dispone de 766 mesas, de las cuales 407 están en la capital.

La radiografía del apoderado comienza en el Colegio de las Agustinas, en Valladolid. Allí, la procuradora del PP en las Cortes de Castilla y León, Paloma Vallejo, fija en “más de 1.400” el número de apoderados que los populares tienen distribuidos entre Valladolid y provincia. Una cifra que asciende hasta los 10.000 en toda Castilla y León. “Es un ejercicio de voluntarismo”, que realizan “de manera gratuita, pero siempre con ilusión”, como afirma Vallejo.

Volviendo al símil ciclista, la estrategia también se define antes de que arranque la jornada. “Procuramos que siempre estén en parejas, y más en un día como hoy, que está marcado por el calor”. A modo testimonial, el Partido reparte un “pequeño avituallamiento, compuesto por un bocadillo, una botella de agua y una pieza de fruta”, con el que el se premia las horas y “ la lucha por los votos que realizan los apoderados a lo largo de la jornada”.

La prematura convocatoria electoral dejó sin margen de maniobra al PP, quien ha cubierto las plazas de apoderados “fidelizando a todos aquellos que participaron en las elecciones municipales del 28 de mayo”, en una labor coordinada por José María Blanca y la propia Paloma Vallejo, y que esperan poder cerrar “con el mejor de los escenarios posibles”.

El recorrido electoral de 23-J continua en el Colegio Marina Escobar. Lla secretaria de vivienda del PSOE en Castilla y León, Ana Isabel Casado, es la responsable de organizar a los apoderados socialistas en el día de las elecciones. Siguiendo la estructura del PP, el PSOE también fidelizó para estas elecciones a los apoderados que tuvo en los comicios municipales de mayo. En concreto, los socialistas han emitido un total de “950 credenciales para apoderados, de las cuales, 239 se han recogido en la capital y 560 en la provincia” según señala Casado.

“Los apoderados siempre están en parejas, ellos son los encargados de organizarse para los descansos durante el día, y la única obligación es que tienen que estar presentes en el recuento al cierre de los colegios”. Por ello, la formación socialista permite a sus apoderados elegir el colegio electoral en el que desarrollar su actividad. Sobre las votaciones en verano, para Casado “no hay diferencia entre unas elecciones en julio o diciembre” ya que “no es un domingo especialmente caluroso”, aunque sí que insiste en que “el elevado número de voto por correo hará que el recuento en los colegios finalice más tarde de lo habitual”.

El análisis sobre los apoderados finaliza en el Instituto Emilio Ferrari, en el barrio de la Huerta del Rey. Arturo del Olmo es el encargado de coordinar la labor de los apoderados de la formación SUMAR, “260 en total entre la capital y los municipios más importantes” asegurando la presencia en aquellos colegios que tengan mayor número de votantes. Para del Olmo, la colaboración “voluntaria” es fundamental, al igual que lo es que “siempre estén en parejas, para poder turnarse, y que elijan el colegio electoral donde quieren desarrollar la labor de apoderado” y destaca las pautas que desde la formación se han marcado “ropa cómoda, fresca, y botella de agua fría, además de que sean conscientes de la situación que puede presentarse hoy con las altas temperaturas”. La labor de Arturo del Olmo es itinerante durante todo el domingo “estaré presente en todos aquellos colegios donde se me requiera, o gestionando el grupo de WhatsApp que hemos creado para solventar todas aquellas dudas que puedan surgir durante el domingo”.

El voto por correo, que triplica en número de votos al recibido en anteriores convocatorias, augura una jornada larga, con un escrutinio tardío, principalmente en las papeletas del senado, y que hará que la jornada para los apoderados se alargue más allá del domingo. Una labor voluntaria y desinteresada, sin la que no sería posible sacar adelante una jornada electoral sin incidentes.