La Junta de Castilla y León presenta este mes de junio en el Archivo Histórico Provincial, en el marco de la actividad ‘Tesoros Ocultos del Archivo’, una bula del papa Inocencio VIII remitida al Hospital de Sancti Spiritu de Segovia, concediendo indulgencias a quienes otorgaran limosnas y beneficios para su sostenimiento. Este Hospital era al mismo tiempo la Casa de Huérfanos de Segovia, y data de la época de Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII.

La bula papal o bula pontificia es un documento sobre asuntos políticos o religiosos autentificado con el sello del papa. Generalmente se llaman bulas a los documentos pontificios que son expedidos por la Cancillería Apostólica papal sobre determinados asuntos de importancia dentro de la administración clerical e incluso civil, constituyéndose en uno de los instrumentos más extendidos en los que se fundamenta y expande la autoridad del pontífice.

La palabra proviene del latín ‘bulla’, término que hace referencia a cualquier objeto redondo artificial y, en un principio, se utilizaba para referirse a la medalla que portaban al cuello, en la Antigua Roma, los hijos de las familias nobles hasta el momento en que vestían la toga.

Desde un punto de vista formal, la bula es solemne y muy característica. Llevaba un sello de plomo con una cruz en el centro y una representación de san Pedro y san Pablo, mientras que en el reverso se consignaba el nombre del papa del momento de su publicación y el año del pontificado. Normalmente se envía al arzobispo de la diócesis, quien a su vez la hará llegar a la parroquia. Está escrita en latín y si aparece en castellano es por la traducción hecha desde el arzobispado y en ese caso se la considera una copia.

En cuanto a su contenido, las bulas expresan diversos mandatos en materia de ordenanzas y constituciones, condenaciones doctrinales, concesión de beneficios, juicios de la Iglesia, decretos de indulgencias y de señoríos eclesiásticos, entre otros. Cuando la bula es de extensión y/o importancia menor se denomina breve.

En material en el que están realizadas las bulas es el pergamino, aunque hasta el siglo XI se utilizó el papiro. Después, solo se empleaba el pergamino y la vitela, piel de animal más suave al tacto. Por otra parte, en cuanto al tipo de letra de las bulas, desde mediados del siglo XI es bastante legible. Tomó un carácter seudogótico llamado ‘littera Sancti Petri’ o bollática desde Clemente VIII (1592) y se escribía en forma quebrada y con rasgos que dificultan la lectura sin puntos, comas, acentos o diptongos; pero posteriormente, por mandato de León XIII (1878), pasaron a redactarse en letra ordinaria y perfectamente inteligible. Es de notar que la Cancillería romana no tuvo épocas decadentes en la escritura como las tuvieron otras Cancillerías europeas.

Los visitantes pueden acercarse a conocer el ‘tesoro oculto’ del mes de junio en el Archivo Histórico Provincial de lunes a viernes, de 9.00 a 14.00 horas, y los lunes y martes, de 12.30 a 18.30 horas. También se ofrece la posibilidad de realizar visitas guiadas en las que se explicará al público los detalles de la bula de Inocencio VIII. Los pases se realizarán los lunes a las 17.00 horas y los miércoles y viernes a las 12.30 horas. Para asistir a estas presentaciones realizadas por el personal del centro es necesario inscribirse previamente llamando al teléfono 921 46 10 42.