El matrimonio formado por J. Z. M., de 52 años, y A. S. V., de 49, junto a su hijo de 16 años, aparecieron hoy muertos en su domicilio en una urbanización de Torrecaballeros, en la provincia de Segovia, en lo que parece ser el primer caso de violencia de género del año. Según las primeras investigaciones, el varón presuntamente mató a su pareja y a su hijo y después se quitó la vida, en unos hechos que habrían ocurrido en la noche del martes al miércoles, aunque fue en la madrugada de hoy cuando se descubrieron los tres cadáveres.

Según indicaron desde la Subdelegación del Gobierno, el matrimonio se encontraba en trámites de separación, aunque no constaban denuncias por malos tratos ni manifestaciones en tal sentido por parte de los vecinos ante la Guardia Civil.

De acuerdo con el relato de los hechos que detalló en Segovia, María Teresa Rodrigo, subdelegada del Gobierno, que matizó que se encuentran pendientes del resultado de la autopsia y de la investigación judicial, el hombre habría acabado con la vida de su esposa y el hijo de ambos con varios disparos de arma, y luego se suicidó.

Las mismas fuentes indicaron que el hombre tenía las correspondientes autorizaciones para la tenencia y uso de armas de caza y que no le constaba ninguna irregularidad en su utilización.

Los cadáveres fueron localizados cuando la familia avisó a la Guardia Civil ante la imposibilidad de contactar con ellos, de modo que con ayuda de los familiares accedieron a la vivienda y se descubrió el trágico suceso. Cada uno de los cuerpos sin vida se encontraba en una habitación diferente.

Tras conocerse el suceso, el Ayuntamiento de Torrecaballeros, de 1.200 habitantes, convocó una concentración en la Plaza Mayor, donde se reunieron en torno a 200 personas, una gran parte de ellas pertenecientes a medios de comunicación, trasladados al municipio para cubrir la información.

El alcalde del municipio, Serafín Sanz (PP), expresó su repulsa a los casos de violencia, y dijo que en el municipio no se tenía constancia de que hubiera conflictos familiares, y recordó que eran vecinos integrados en la vida del pueblo. La familia llegó a la localidad hace unos cinco años, tras adquirir una parcela en la urbanización El Balagar, donde se construyeron una vivienda.

El suceso ha ocasionado una fuerte conmoción en el municipio, así como en el instituto Peñalara de San Ildefonso, localidad situada a unos diez kilómetros, y donde el joven acudía a diario al instituto de Secundaria Peñalara. Algunos de sus compañeros participaron también en la concentración contra la violencia doméstica, y donde se vivieron momentos de dolor y consternación.

También asistieron representantes de las principales instituciones públicas, como la Subdelegación del Gobierno, la Diputación provincial, la Delegación de la Junta, y algunos alcaldes de la zona.

 

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