Tras el descubrimiento en 2012 de los primeros restos de industria lítica de aspecto paleolítico situado en un relleno kárstico de la zona conocida como ‘Abrigo del Molino’, en 2013 se puso en marcha la investigación en el yacimiento para continuar con las excavaciones durante el pasado verano. El equipo científico está formado por el doctor en Prehistoria, David Álvarez; la licenciada en Prehistoria, María de Andrés; el doctor en Ciencias Geológicas, Andrés Díez, y el licenciado en Historia, Julio Antonio Rojo.

Las actuaciones llevadas a cabo en el valle del Eresma han determinado la existencia de habitantes neandertales que poblaron esas zonas hace 60.000 años, unos descubrimientos que han actualizado los conocimientos sobre los primeros pasos humanos en Segovia, remontándolos al Paleolítico Medio y no sólo en el abrigo del Molino, zona en la que se desarrollan las investigaciones. Además, también se están valorando distintos descubrimientos que hacen referencia a otros momentos más recientes, ya dentro del Paleolítico Superior. Unos datos que están vinculados a los del proyecto de investigación arqueológica que se está llevando a cabo en el valle del arroyo Tejadilla por el equipo de investigadores del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos, del Instituto de Salud Carlos III, de Madrid.

Tercera etapa en el Abrigo del Molino

Los trabajos financiados por la Junta de Castilla y León en el yacimiento de la capital, situado en la ladera baja del cañón excavado por el río Eresma en las lastras del piedemonte calcáreo de la Sierra de Guadarrama, continuarán la línea de investigaciones marcada desde el inicio del proyecto, principalmente en lo referente a la excavación y los estudios complementarios precisos para su correcta interpretación mediante diversos procesos analíticos como la sedimentología, microestratigrafía, palinología (estudio del polen o las esporas), antracología (identificación botánica y conservación de los carbones y maderas), el estudio de la fauna (micromamíferos, ictiofauna y macrofauna) o ensayos de datación absoluta.

El equipo científico se ha fijado, como principal objetivo para la tercera campaña de excavaciones, avanzar en el estudio geoarqueológico de las inundaciones antiguas acaecidas en el valle del Eresma, como factor determinante para la dinámica de las ocupaciones humanas vinculadas al río. Además de complementar los trabajos en el Abrigo del Molino con la valoración arqueológica de la vecina cueva de la Tarascona, conocida por su ocupación en la prehistoria reciente, en busca de señales de una posible utilización anterior, durante el Paleolítico Medio o Superior. Unas actuaciones que en ningún caso agotarán el potencial arqueológico del yacimiento, en el que se conservará una zona de reserva para futuras investigaciones o comprobaciones científicas.

Foto: El Delegado Terrotorial de la Junta de Castilla y León Javier López-Escobar, en primer término, supervisa los trabajos en el ‘Abrigo del Molino’