Este martes, 1 de febrero, Miguel Ángel Sánchez Plaza se incorpora a la Dirección General de Caja Segovia, para hacerse cargo de las ocho provincias que forman el nuevo ámbito de actuación encomendado por el Banco Financiero y de Ahorros a su equipo.

Así lo establece el nuevo contrato de integración resultante del Sistema Institucional de Protección (SIP) en que se integró Caja Segovia con otras seis entidades (Caja Madrid, Bancaja, Caja Insular de Canarias, Caixa Laietana, Caja Ávila, y Caja Rioja).

Esta decisión supone triplicar el volumen de negocio que manejaba hasta ahora Caja Segovia, que fue de 5.600 millones en 2009, último ejercicio económico del que se han facilitado datos. Las previsiones cifran en 13.000 millones de euros el movimiento económico del nuevo territorio de referencia.

La Dirección Territorial que le corresponderá a Sánchez Plaza y a los órganos de gobierno de Caja Segovia agrupa 181 oficinas, frente a las 117 que tiene ahora Caja Segovia. Ello supondrá una plantilla de unos 700 empleados. La de Caja Segovia es de 550 trabajadores. Las oficinas del grupo se encuentran distribuidas en las provincias de Segovia, Valladolid, Soria, Palencia, Burgos, León, Asturias y Cantabria.

El reparto territorial que corresponde a Segovia se ha realizado en base a la estructura prevista por el Banco Financiero y de Ahorros, resultante del nuevo SIP, de modo que existen siete zonas diferenciadas.

De acuerdo con el nuevo organigrama elaborado por el Banco Financiero y de Ahorros, los responsables de Caja Ávila también verá crecer su responsabilidad y el volumen de negocio a controlar, pues pasaría de 4.700 millones de euros a los 11.000 millones. Junto a las oficinas de Ávila también gestionaría la Dirección de la entidad abulense las oficinas que el grupo tiene en Galicia, en Zamora, Salamanca, Badajoz, Cáceres, Huelva y Cádiz.

Estos nuevos repartos se producen después de que los consejos de administración de Caja Segovia y de Caja Ávila aprobaran esta semana la modificación del contrato de integración en el SIP, en base al cual se transfieren los activos y pasivos de los negocios al Banco Financiero y de Ahorros S.A. la entidad resultante del SIP. A continuación, desde el Banco se ha realizado una distribución territorial de todo ese negocio entre las entidades socias fundadoras. De este modo, el banco reparte la gestión de todos los activos y pasivos a las respectivas cajas. Éstas por su parte mantienen su naturaleza de entidades de crédito, ya que ejercerán las facultades de gestión sobre la actividad del negocio minorista, con su marca, en sus territorios naturales.

Los acuerdos conllevan la unificación de las políticas financieras y comerciales de todas las entidades de modo que ofrecerán condiciones similares para no competir entre ellas. Los resultados y los beneficios se mutualizan. El nuevo grupo funciona ya como una única entidad. Se trata, pues, del tercer banco del país por tamaño, con 340.000 millones de euros en activos, y el primero por volumen de negocio en banca comercial y de empresas (más de 390.000 millones de euros).

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