La celebración del patrón de los agricultores se mantiene gracias a las asociaciones agropecuarias locales que se resisten a que desaparezca. Este 15 de mayo, la Cofradía de San Isidro de Segovia volverá a procesionar con la imagen del santo por la calles del Cristo del Mercado, el barrio donde vivían los labradores.

En un pequeño local de la asociación de titulares de explotaciones agropecuarias de la ciudad de Segovia se guarda durante todo el año la imagen de San Isidro Labrador. En su día grande, el 15 de mayo, se engalanan las andas con espigas de trigo secas para presidir los actos de celebración en honor al patrón de los agricultores. A las doce del mediodía, tiene lugar la misa en la ermita del Cristo del Mercado, procesión por las calles más cercanas, se realiza el tradicional sorteo de las andas y se invita a unos bollos a los asistentes.

Una fiesta que se mantiene viva por el impulso de esta asociación, donde está integrada la Cofradía de San Isidro. “Los labradores en la ciudad de Segovia tienden a desaparecer porque el término se está haciendo ya todo urbano”, asegura el secretario de la asociación agropecuaria y hermano mayor de la Cofradía, Julián García Tejero. Una fiesta que tiene mucha fuerza y devoción en la provincia y también en los barrios incorporados, donde se organizan actos en honor a San Isidro. “En Zamarramala, en Hontoria, organizan actos de forma independiente. Incluso en Fuentemilanos es el día, la fiesta principal”, señala Julián García.

El día de San Isidro era sagrado para los agricultores y labradores. “Celebraban muy pocas fiestas al año, por eso, el 15 de mayo, ponerse el traje e ir a misa era muy importante”. A mediados de este mes, en las tareas del campo, “no había empezado todavía la siega y habían terminado las tareas costosas de hacer. Era un momento bueno”. Antes de San Isidro, se plantaban los huertos y los melonares porque había dejado de helar y después del día de patrón ya había mucha tarea por hacer.

Reparto de pastos y agua

Las Hermandades de Labradores tiene una tradición centenaria que al cambiar la normativa pasaron a ser las Cámaras Agrarias, locales y una provincial, y ahora se denominan asociaciones de titulares de explotaciones agropecuarias. La local de Segovia está compuesta por ganaderos y propietarios de fincas de pastos. Tienen encomendadas tareas comunales cuya regulación sigue vigente. Son los encargados de coordinar los pastos para los ganaderos.

Además poseen un quinto del agua de la cacera de Navalcaz. El agua para el riego se la reparten entre cinco pueblos o entidades: Juarrillos-Hontoria, Palazuelos de Eresma, la finca de Ortega y a la Diputación Provincial. “Como ahora ya no se siembra tanto, hemos llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Segovia para dejarles el agua sobrante que lo utilizan para la limpieza de las calles de la ciudad”, explica Julián García.

La Ermita del Cristo del Mercado también fue de la Hermandad de los Labradores. Este barrio segoviano estaba conformado por casas bajas donde vivían los agricultores, y tenían cerca sus fincas y dehesas, “en la zona donde ahora está la Comandancia de la Guardia Civil, las instalaciones militares de Baterías, el barrio de Nueva Segovia, todo eso era prados”. Normalmente los labradores segovianos tenían pocas tierras y las que les dejaba las familias más adineradas. Julián García considera que se ha conseguido mucho gracias a las cooperativas y las agrupaciones.

Contra viento y marea

Los actos del patrón del campo se centran exclusivamente en la mañana del 15 de mayo. Antiguamente se le dedicaba a San Isidro, un triduo. Además, “se hacía una bendición de los campos. Se subía hasta las tierras de Las Lastras, pero ahora ya se hace desde la ermita, ya no vamos hasta allí”, resume Julián García. Lo importante es que no se pierda la tradición. Y la tarea no es fácil. Cada vez acude menos gente y desde las administraciones no encuentran la colaboración necesaria. “Te sientes un poco abandonado”.

A la Cofradía de San Isidro de Segovia pertenecieron durante muchos años los funcionarios de los servicios relacionados con la agricultura, la ganadería y los servicios forestales. No tenían problemas para que les ayudaran en la organización del vino español para conmemorar al patrón. El hermano mayor recuerda que estuvieron bajando muchos años, a la Escuela de Capacitación Agraria de la Junta de Castilla y León. En 2016 ya les pusieron algunas pegas, y lo acabaron celebrando en el bar del Centro Ecuestre, al dar el catering, la empresa que tiene la concesión de este espacio. Este año, ya no les han dejado hacerlo en estas instalaciones. Una circunstancia que lamentan desde la cofradía.

Van luchando contra viento y marea para tener su pequeño acto en el día de San Isidro, que se pueda seguir porque vienen agricultores y ganaderos tanto de Segovia como de los pueblos que han dedicado su vida a este oficio, que “es muy sacrificado”. A las autoridades se les invita a través de un saluda y agradecen que quieran acompañarles.

Un año aciago

Dice el refrán popular que ‘San Isidro, quita el agua y saca el sol’, porque a mediados de mayo solían acabar las lluvias primaverales y predominaban los días soleados. Los tiempos han cambiado tanto en la climatología durante los últimos años, que a San Isidro, lo que le piden los agricultores ahora es agua. Rogativas para que acabe con una primavera marcada por la sequía. La provincia de Segovia no es ajena a esta situación. El día de San Isidro de este 2017 viene ya con una sentencia clara del mal resultado de la cosecha de cereal, y los muchos problemas que va a acarrear a corto y medio plazo a los agricultores y ganaderos.

Desde la Unión de Campesinos, señalan que la zona hacia Ávila y la más pegada a la sierra de Guadarrama, la lluvia que pueda caer en los próximos días o semanas, llega tarde y no compensará la pérdida en la cosecha entre un 75 y un 80 por ciento. Agua que sí lograría aliviar la situación de los campos de la comarca del nordeste, donde la pérdida es menor.

Muchos problemas por la sequía y por el hielo a destiempo. Heladas que han hecho estragos en el cultivo de secano, y en los cultivos de patatas que ya estaban más desarrolladas. Perjuicio para todos los sectores, porque los de regadío, tendrá problemas de suministro de agua, con una vigilancia mucho mayor de los niveles de los acuífero