Los populares han calculado que cada día de funcionamiento de los bolardos que han tratado de regular el paso de vehículos por la Plaza Mayor ha costado al menos 231 euros al erario público. Este gasto está referido al mejor de los casos ya que no contabiliza los días que los bolardos han estado fuera de servicio antes de su paralización total ni más gasto en reparaciones que del que tiene conocimiento el Grupo Municipal del Partido Popular.

Los «bolardos inteligentes» de la Plaza Mayor, una de las medidas estrella de Pedro Arahuetes en cuanto a movilidad, costaron a los segovianos 148.000 euros, mas al menos otros 10.600 en reparaciones. Teniendo en cuenta que fueron inaugurados el 26 de enero de 2007 y que el de Cronista Lecea dejó de funcionar definitivamente el 25 de octubre de 2008, es decir, hace casi un año, y el otro el 2 de marzo de 2009, es decir, hace más de medio año, se puede deducir que cada día de funcionamiento de ambos ingenios ha costado a los segovianos 231 euros. Concretamente, cada día de funcionamiento del bolardo de Cronista Lecea ha supuesto un desembolso de 126 euros, y de 105 euros el otro bolardo al haber funcionado durante cinco meses más.

 

Arahuetes aseguró que los bolardos servirían para mejorar la calidad de vida de los segovianos.

El Partido Popular recuerda que el 26 de enero de 2007, Pedro Arahuetes declaró lo siguiente a los medios de comunicación segovianos: «Pido a los ciudadanos, sensatez, sensibilidad y que colabore en la puesta en marcha de este sistema, porque al final va a ser un beneficio para todos». Añadió que el sistema está implantado «prácticamente en todas las ciudades de España» y anunció que será positivo en Segovia para «conservar nuestro patrimonio y mejorar la calidad de vida de residentes e incluso comerciantes y hosteleros (..) deben concienciarse de que este sistema le vamos a ir poniendo paulatinamente en el casco histórico» Arahuetes, además, mostró su satisfacción con el funcionamiento del sistema «con los problemas que tiene la implantación, los lógicos de adaptación que se irán resolviendo los próximos días» antes de asegurar que los segovianos «se tendrán que acostumbrar y mentalizarse».

A día de hoy, el bolardo de Cronista Lecea lleva un año sustituido por un caballete del que pende una señal de prohibido que quita y pone un empleado municipal. Ni este ni el otro es probable que vuelvan a entrar en funcionamiento. Ni es probable que el sistema se vaya a ir extendiendo paulatinamente al resto del casco histórico.

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