Un grupo de ocho personas del proyecto arqueológico La Peña del Moro (Navas de Oro), ha defendido esta iniciativa en el Parlamento Europeo y ha señalado que el objetivo de su trabajo es lograr visibilizar de las nuevas actividades económicas que tratan de dinamizar el mundo rural a través de la promoción de la cultura y el patrimonio.

Los componentes, entre los que se encontraban el arqueólogo Raúl Martín y el dibujante arqueológico Raúl Sánchez junto con jóvenes voluntarios que participan en las excavaciones, se reunieron en el Parlamento Europeo en un encuentro organizado por Podemos.

El Proyecto Arqueológico Peña del Moro lleva seis años trabajando por la cultura de la provincia de Segovia con el compromiso de dar servicio al mundo rural, un espacio con su propia problemática, especialmente laboral y demográfica. Martín apuntó que “el futuro en el medio rural es muy complicado” por lo que “sería necesario explotar recursos públicos también en los pueblos, no solo en el medio urbano”.

Asimismo, la eurodiputada de Podemos Estefanía Torres aseguró que “si fuese importante la cultura en España, se hubiese destinado más financiación para este tipo de proyectos que intentan dar vida al mundo rural”.

“No hay duda de que el patrimonio cultural enriquece la vida de los ciudadanos, impulsa los sectores cultural y creativo, garantiza el futuro de los habitantes y desempeña un papel importante en la creación y el incremento del capital social europeo”, añadió Torres. “Este tipo de proyectos cuida el territorio, la cultura y la manera de entender la vida”, apuntó la eurodiputada de la formación morada.

Alejandra Arranz y Gabriela Heras, jóvenes de 15 años y voluntarias de la excavación durante el verano de 2017, presentaron su trabajo personal dentro del proyecto arqueológico a través de Eustory (History Network for Young Europeans), con el que intentan informar de la historia de su pueblo a través de la cultura de diferentes generaciones.

“Participar en estas excavaciones es una experiencia única que, de no hacerla, me hubiese arrepentido porque nos permite conocer nuestra historia y tener un intercambio internacional con personas de diferentes países que vienen como voluntarios”, aseguró Arranz.

El proyecto arqueológico, financiado por la Junta de Castilla y León y varias organizaciones, ha contado con 8.500 euros desde 2011 hasta 2018. “La poca financiación y recursos que tenemos indica que podemos estar condenados al fracaso”, afirmó Martín durante su exposición. “Es un proyecto serio, dónde están implicados vecinos, jubilados, jóvenes y que trata de devolver a la gente su cultura y patrimonio”, añadió el director.