Los tres finalistas del Premio ‘Cirilo Rodríguez’, los corresponsales de ‘El País’ en Beirut, de ‘ABC’ en Bruselas y de RNE en Jerusalén, Natalia Sancha, Enrique Serbeto y Cristina Sánchez, respectivamente, han defendido el valor y la alta calidad de la información internacional que realizan los periodistas y fotoperiodistas españoles que están siendo reconocidos con premios mundiales de gran prestigio mientras en nuestro país luchan contra los dos grandes enemigos del Periodismo: la precariedad y la inmediatez.

La corresponsal de RNE en Jerusalén, Cristina Sánchez, aseguró que no le gusta decir que es una privilegiada por trabajar en plantilla y «con condiciones dignas» porque «siempre debería de ser así” y reconoció a los profesionales freelance que “se dejan su seguridad y en algunos casos su vida”. En su opinión, la direcciones de los medios comunicación en España “no están a la altura” de una generación “brillante” de periodistas y fotoperiodistas que trasladan la realidad a muchísimos kilómetros pero que “no es ni tan lejana ni tan ajena a nosotros”.

Sánchez voló en las últimas hora desde la capital Israel, donde esta semana se abrió la embajada norteamericana y se encargó de cubrir en el terreno la situación en Gaza, uno de los lugares donde cada vez que vuelve “me encuentro con que la situación va a peor”. Vuelve a España frustrada e indignada porque, en Gaza, los palestinos le transmiten que “se necesitan 60 muertos en una jornada y 100 en las últimas semanas para que les prestemos atención”.

La corresponsal de RNE lamentó y denunció la situación en la franja de Gaza tras una década de bloqueo israelí y egipcio con dos millones de personas viviendo en 360 kilómetros encerrados, “sin poder viajar, sin los estudios que requieren, el trabajo o el tratamiento médico”. En su trabajo, siempre se centra en las personas porque “para la geoestrategia, la geopolítica y las declaraciones siempre hay espacio” y siente la necesidad de contar lo que viven las personas que están ahí porque “no soy capaz de poner distancia respecto a los civiles”.

Sánchez aseguró que generar empatía es “el objetivo final que tiene que tener el periodismo” porque no es tanta “la distancia que nos separa”. Su experiencia, tras diez años en Oriente Próximo y el norte de África, le lleva a afirmar que “solo» cuenta historias y es la correa de transmisión de la personas que comparten su historia. En su opinión, hay que despojar al periodismo internacional de “ese halo de romanticismo que le rodea”.

Una idea compartida por la corresponsal de ‘El País’ en Beirut, Natalia Sancha, porque la empatía es fundamental para poder “hablar con la gente en el terreno” al estar “en regiones muy complejas con muchas capas” que hay que ir quitando para que lo importante llegue a los lectores. También se mostró de acuerdo con Sánchez en que España cuenta con buenos periodistas y fotoperiodistas que están siendo premiados con galardones muy prestigiosos a nivel internacional mientras que en España «como siempre en casa reconocemos menos”.

Sancha explicó que los medios están en crisis y hay que ver “quién se mueve en las mesas de redacción y de dirección” para decidir si “la calidad va a primar o no en la información” y resumió que no se puede pretender que una sola persona “haga la foto, el vídeo, hacer el pino y terminar el artículo”. Además puso de manifiesto que los periodistas internacionales están formados en idiomas y podría trabajar para otros medios y “seguimos optando por hacer periodismo en español”.

Profesionales, argumentó Sancha, que tienen que hacer frente a los dos grandes enemigos son “la precariedad y la inmediatez” aunque también afirmó que son problemas que afectan a muchas profesiones que no ven valorado todo el esfuerzo que hacen “respecto a los medios con los que tenemos que trabajar”. Los enviados especiales están lejos de la imagen romántica del corresponsal veterano que se “iba un mes para hacer su crónicas” porque ahora “te vas una semana corriendo a toda velocidad”.

El tercer finalista el corresponsal de ‘ABC’ en Bruselas, Enrique Serbeto, también defendió que España no tienen “nada que envidiar a otros países en Periodismo Internacional” porque desde el Franquismo hasta nuestros días, se ha creado “una grandísima escuela de corresponsales y grandes reportaros” y “no creo que tengamos no tenemos nada que envidiar a nadie”.

Serbeto afirmó que el problema más complejo al que ve que tienen que hacer frente “muchos colegas” es que “les paguen”. Personas, expuso, con “una voluntad férrea, tenacidad y valentía” para meterse donde sea y luego no pueden vender “las crónicas o las fotografías”. Los tres finalistas se mostraron honrados de haber sido elegidos por el jurado del Premio de Periodismo ‘Cirilo Rodríguez’.

Información digital de pago

Tanto Natalia Sancha como Enrique Serbeto se mostraron a favor de buscar fórmulas para articular sistemas de pago para la información digital, que no será un camino fácil después de una década siendo gratuita. Para Sancha habría que “modular” la información acorde con lo que demanden los usuarios que paguen con “servicios más personalizados” para evitar que la gente se siga navegando en Google donde proliferan las noticias falsas y la desinformación que es “la pescadilla que se muerde la cola”.

Serbeto dijo que «el periodismo para poder subsistir tiene que ser de pago”, y en muchas ocasiones la publicidad no es suficiente. La información, reiteró, tiene que ser de pago como lo son los servicios que ofrecen otros profesionales.