Las cajas rurales de Burgos, Segovia y Fuentepelayo han alcanzado un acuerdo de integración por lo que inician un proceso que culminará en mayo, cuando la nueva cooperativa de crédito comenzará a operar en cuatro provincias de Castilla y León, La Rioja y Cantabria para, después, en breve, hacerlo en Valladolid. El Banco de España aprueba esta operación “voluntaria” y “complementaria”, que mantendrá los empleos y la red de oficinas y fijará en la capital burgalesa su sede operativa y en la segoviana la social.

Así lo explicaron hoy los presidentes de las cajas rurales de Burgos, Segovia y Fuentepelayo, Pedro García, Félix Moracho y Juan Cruz Serrano, respectivamente, quienes indicaron que los consejos rectores de la entidad aprobaron el pasado 29 de septiembre el protocolo de integración efectiva de todos los activos y pasivos de la nueva entidad, aunque para ello la operación deberá ser ratificada por las asambleas generales, un proceso que se llevará a cabo en los próximos siete meses.

Asimismo, los responsables de las tres entidades precisaron que este plan intercooperativo tiene como objetivo fundamental fortalecer su posición al formar una entidad de mayor tamaño, “músculo” y, por tanto, con más capacidad para afrontar el futuro. Aunque reconocieron que esta recomendación ha sido una constante en los últimos años de la institución reguladora, insistieron en que acometen esta integración sin ninguna presión del Banco de España, ya que no presentan problemas económicos.

Al respecto, Félix Moracho precisó que las tres entidades cooperativas están “bastante saneadas”. También, el burgalés Pedro García hizo hincapié en que esta operación no es similar a la emprendida por las cajas de ahorro, ya que señaló que la integración no está forzada por la situación de los balances y precisó que las tres entidades, que comparten idiosincrasia y tiene empatía, tomaron la iniciativa, incluso, de una forma “espontánea”, conscientes de que en el escenario actual debían garantizar mejor los servicios a sus clientes.

“Partiendo de la firme base que nos proporciona nuestra buena posición de solvencia y liquidez, estamos en el momento idóneo para avanzar a mayor velocidad y ganar cuota de mercado”, dijo Pedro García. También, indicó que la operación está abierta a nuevas entidades, aunque aseguró que mantendrán su posición en la Unión de Cajas Rurales de Castilla y León (UCAR) y en el Grupo Caja Rural (AECR). Además, destacó el carácter interregional de este proceso, que en el corto plazo no prevé extenderse a más autonomías y sí liderar el sector en la Comunidad.

La nueva sociedad de crédito implantará una estructura de servicios descentralizadas y de apoyo a la red comercial a través de dos territoriales, ubicadas en Burgos y Segovia, junto con el establecimiento en Valladolid de una serie de servicios. Dado el carácter complementario, la nueva entidad mantendrá la red de 105 oficinas y los 270 puestos de trabajo actuales, por lo que los responsables financieros no auguraron medidas “traumáticas” en la mesa de negociación de las condiciones laborales de la integración.

 

Consejo Rector

En cuanto a los órganos de dirección, durante el primer mandato el consejo rector estará formado por 17 miembros -nueves nombrados por la caja burgalesa, cuatro por la segoviana y uno por la de Fuentepelayo-. Además, lo completará un consejero laboral y dos más independientes. La Presidencia la ostentará el burgalés Jesús García y las vicepresidencias serán para Félix Moracho (Segovia) y Juan Cruz Serrano (Fuentepelayo). La Dirección General será ejercida por Ramón Sobremonte, que ocupa este cargo en la entidad burgalesa y contará con dos adjuntos, José María Chaparro (Segovia) y Francisco Encinas (Fuentepelayo).

 

Nueva caja

La nueva caja rural dispondrá de un volumen de negocio minorista de 2.291,8 millones de euros y un total de activos por valor de 1.389,4 millones. El resultado bruto de actividades de explotación se eleva a los 16,3 millones y el resultado antes de impuestos a los seis millones. Además, la ratio de liquidez estructural –depósito de clientes y créditos- se colocará en el 111 por ciento, la morosidad en el 2,78 por ciento, con una cobertura del 123 por ciento. La eficiencia –gastos de explotación y margen ordinario- se situará en el 51,33 por ciento y la solvencia en el 11,71 por ciento, cuando el core-capital exigido por el regulador es del ocho por ciento.

Estos datos fueron expuestos por el directivo Ramón Sobremonte, quien señaló que la marca de las tres entidades se mantendrá donde ya operan y en las nuevas ubicaciones se buscará otra, que todavía no está decidida. También, precisó que tienen un “bosquejo” del plan de negocio que se pondrá en marcha a partir de mayo de 2012 para aprovechar su ventaja competitiva con el resto de sociedades cooperativas de la Comunidad.

 

Buen ambiente 

Por último, Félix Moracho remarcó el “buen ambiente” que ha marcado las relaciones entre las tres entidades y el proceso de negociación, que arrancó hace meses. Además, destacó que han respetado el espíritu cooperativo durante el proceso, una afirmación que refrendó el presidente de la Caja Rural de Funetepelayo Juan Cruz Serrano, al tiempo que incidió en que decidieron la integración desde la “tranquilidad” y el “convencimiento”.

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