No era difícil encontrarle en el Colegio Claret, allá cuando comenzó su andadura. Siempre a lado de la canasta, allí, siempre, con un balón en la mano y una eterna sonrisa. Concentrado siempre, daba sus primeros pasos sin olvidarse de sus compañeros, de sus amigos. Ese era el inicio de Pedro Rivero. El baloncesto es una parte importante de su vida, su pasión. Hoy ha anunciado que se retira profesionalmente, tras veinte años. Con este mensaje lo anunciaba en redes. Mucha suerte, Pedro. ¡Feliz nueva etapa!