Tras el estreno de la espectacular “Avatar”, cada vez son más las películas que usan esta tecnología. Para disfrutar de ella, sin embargo, es preciso usar unas gafas especiales. Aunque existen diversos tipos, todas ellas funcionan gracias al mismo principio: hacer posible que cada uno de los ojos perciba una imagen ligeramente distinta a la del otro, imitando lo que sucede en la visión real, de forma que nuestro cerebro interpreta en tres dimensiones lo que en realidad son imágenes bidimensionales.

 

3D: Ojo con la vista

La visión de una película en 3D puede provocar dolor de cabeza, visión borrosa y mareos debido a las dificultades de los mecanismos fisiológicos de la vista para adaptarse a la tecnología tridimensional. Aunque se trata de un efecto transitorio, puede llegar a ser muy molesto. Todos los espectadores están expuestos a ese riesgo, sobre todo si la película es larga, pero afecta especialmente a jóvenes y niños. El uso de estas gafas, en cualquier caso, se debe limitar a una única proyección, descansando después.

Un caso especial es el de los niños menores de 6 años, que todavía no tienen maduros sus mecanismos de visión binocular. Diversos especialistas recomiendan no usar este tipo de gafas por debajo de esa edad, y por ejemplo el Ministerio de Sanidad de Italia, primer país en el que se han adoptado medidas, ha desaconsejado en una circular el uso por debajo de esa edad.

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios se reclama a las autoridades de consumo que se establezca la seguridad del uso de este tipo de gafas en niños, y en cualquier caso se informe a los espectadores acerca de este tipo de precauciones.

Otro aspecto del que debería informarse es que no todo el mundo puede beneficiarse de la tecnología 3D. Las personas que padecen un problema visual que dificultaela visión en relieve (personas con un solo ojo funcionante, con ojo vago o con estrabismo, por ejemplo) probablemente no puedan disfrutar de la misma.

 

Gafas de un solo uso para evitar contagios

La utilización de gafas 3D que no sean de un solo uso es desaconsejable: si no hay un adecuado sistema de desinfección entre un espectador y otro, utilizar el mismo producto podría trasmitir enfermedades en los ojos o en la piel, como conjuntivitis, hongos… Por ello, la OCU recomienda el recurso a gafas 3D de usar y tirar.

Obviamente, las gafas de usar y tirar pueden ser una opción peligrosa para el medio ambiente. Por tanto, lo mejor es que cada usuario tenga sus propias gafas, y usarlas cada vez que acuda a un espectáculo en tres dimensiones. En ese caso, el coste de las gafas no debería repercutirse en el precio de la entrada del cine: el usuario que lleve sus propias gafas no debería pagar el suplemento que se cobra por este accesorio.

 

Consejos para utilizar las gafas en 3D

Evite utilizar gafas ya usadas por otros espectadores, si no existe una garantía previa de desinfección (el simple lavado con agua y jabón evita el riesgo).

Los niños pequeños no deben asistir a este tipo de películas.

Si durante la película nota alguno de los síntomas referidos antes, quítese las gafas y relaje su visión.

Si presenta algún problema visual que le dificulte la visión en relieve (un solo ojo funcionante, ojo vago o estrabismo, por ejemplo) sepa que probablemente no puedan disfrutar de esta tecnología.

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