El Servicio de Salud de Castilla y León ha sido condenado, mediante sentencia tramitada por los servicios jurídicos de la Asociación ‘El defensor del paciente’ a indemnizar con 59.523 euros al marido e hijos de una paciente que falleció por no completar el proceso diagnóstico de un cáncer de pulmón como consecuencia de la mala organización de las citas en el Hospital General de Segovia.

La paciente, de 69 años, fue sometida en febrero de 2011 a un TAC que reflejaba una imagen que sugería la presencia de cáncer. Posteriormente, en abril de ese mismo año le realizaron una broncoscopia que resultó negativa para malignidad, motivo por lo que debía haber sido citada para ser sometida a más pruebas con objeto de confirmar o descartar definitivamente el diagnóstico.

Sin embargo, se le explicó que la broncoscopia era normal y, “por algún error inexplicable” no volvieron a citarla, además de que la paciente no volvió a llamar porque desconocía el resultado del TAC y le dijeron que el “bulto” era normal. Tras la consulta de abril de 2011 no hubo “consulta posterior de transmisión de resultados ni de propuesta terapéutica o diagnóstica”, recoge el comunicado remitido por el Defensor del Paciente, además de que no se acreditó que se le hubiese citado o advertido de que era la paciente quien tuviera que adoptar “algún tipo de iniciativa o instar la revisión”.

Según el comunicado, se desconoce los motivos por los que la paciente no instó una revisión, aunque se entiende que no le corresponde “pechar con las consecuencias”, porque puede que ante la probable manifestación de la negatividad de la broncoscopia creyera que “ya estaba en el proceso terminado o que lo entendiera de la cita en medicina interna” de mayo de 2011 donde se anotó que la broncoscopia “había sido negativa” y que parecía “no haber malignidad”, además de que en anotaciones posteriores en Atenci´no Primaria se indica que el nódulo “es normal”.

Sin embargo, desde el Defensor del Paciente se indicó que la responsabilidad en la organización y gestión de las citas y en la transmisión de resultados “es de la administración sanitaria” y, en este caso “no ha podido acreditarse que la actividad se haya desenvuelto con normalidad”. En marzo de 2014, después de acudir a su médico de Atención Primaria por cuadro de cansancio, deposiciones diarreicas, náuseas y febrícula diaria, fue diagnosticada de adenocarcinoma de pulmón. “Para entonces no había tratamiento curativo debido a que el cáncer se encontraba diseminado por todo el cuerpo” y la mujer falleció en diciembre de 2014.