Dos valores que se han perdido y son muy necesarios en nuestra sociedad, en esta sociedad desnortada, que ha perdido su orientación, y busca y no encuentra el camino. El ‘Caballero’ era el hombre que no faltaba nunca a la palabra dada, que en los tratos la palabra era sellada con un apretón de manos y era palabra de hombre, que en ningún caso se quebrantaba, esos eran caballeros de veras. Hoy día se suele faltar a la palabra dada con mucha frecuencia.

Con mucha frecuencia donde decimos ‘Diego’ al poco rato decimos ‘digo’, y así sucesivamente. Es triste y lamentable que no podamos fiarnos del vecino de al lado, y en muchos casos ni de quien conviven con nosotros. La caballerosidad y la elegancia van de la mano, porque en la vida cotidiana cada uno se manifiesta como es. La caballerosidad se manifiesta en la elegancia en el trato y en la elegancia en el modo de vestir.

No hay caballerosidad y a las pruebas me remito. En el ámbito personal el trato no puede ser más inadecuado y en el ámbito social las gamberradas y vulgaridades las tenemos a la orden del día, si  a eso unimos lo mal que viste la gente y no tiene gusto para vestir bien. En el vestir refleja la persona lo que vive por dentro.

Ángel Colado Sánchez (Misionero Claretiano)