Los primeros años de colegio no se borran de la memoria de los alcaldes de seis ciudades de Castilla y León. Aquellos días, que se inmortalizaron en imágenes en ‘blanco y negro’, estaban llenos de color, alegría y emoción para los regidores de Ávila, Burgos, León, Salamanca, Segovia y Valladolid, aunque supusiera el fin de las vacaciones de verano, de los largos días de sol y calor. Aquella etapa marcó su carrera política y su desarrollo profesional y personal.

Con el bastón de mando de Ávila desde hace dos años, José Luis Rivas destaca las vivencias de ‘El Dioce’, donde se formó y donde más tarde regresó como profesor para seguir formando a niños deseosos de aprender. También, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, siente emoción cuando echa la vista atrás, a su infancia en el Colegio San Agustín, donde se forjó su pasión por el Derecho, aunque por aquellos años las ciencias eran su ‘fuerte’, publica ICAL.

En los recuerdos del salmantino Alfonso Fernández Mañueco están muy presentes sus compañeros de pupitre, a quienes deseaba ver el primer día, tras el parón estival, pero también sus padres, que lo acompañaban por las calles de su ciudad hasta las puertas del centro. Con el paso de los años, la diversión de las primeras jornadas, las confidencias con su compañeros y la mochila sobre la espaldas completan en su mente el relato de su vida escolar.

Un mundo abrió para la segoviana Clara Luquero la llegada a la escuela de su localidad natal, un pequeño pueblo en el que aprendió a disfrutar de los libros, que en su casa por aquel entonces no tenía por pertenecer a una familia humilde, a la que sin embargo agradece los valores que le transmitieron y la autoestima que infundieron en ella, a lo que años más tarde sumó la máxima de una profesora de Historia del Arte de que nada es blanco o negro en el mundo.

También, el más joven de todos ellos, el regidor burgalés Javier Lacalle tuvo la oportunidad de acudir a una escuela unitaria en el medio rural, antes de trasladarse a Burgos capital, donde el Liceo Castilla, un centro concertado, asentó en él los pilares con los que continúo sus estudios, una etapa en la que se le atravesaron las Matemáticas y destacaba en Historia.

Cuarenta años después, el olor que desprende el colegio de Los Maristas de León sigue siendo el mismo para el leonés Antonio Silván, como lo son para él sus amigos de entonces y ahora. También conserva el gusto por el balonmano y un recuerdo ‘agridulce’ de la química, una asignatura ‘hueso’ para él en aquellos días en los que el patio de este centro acogían unas ‘miniolimpiadas’ en las que en ocasiones el balón volaba hasta la vía estrecha de la desaparecida Feve.

Paraíso escolar

Los paseos de camino a la escuela por su pueblo, atravesando praderas, con sus amigas, en plena naturaleza, condujeron a la segoviana Clara Luquero (Santiuste de San Juan Bautista, Segovia, 1958) al gran hallazgo que fuera para ella la cultura. “Vivía en un pueblo pequeño, en un ambiente limitado, por lo que confiesa que la escuela fue todo un descubrimiento, “como descubrir el mundo”. “Yo creo que no falté nunca, yo tenía una absoluta curiosidad, para mí la escuela era un paraíso. Allí descubrí los libros que en mi casa no había”, afirma.


Clara Luquero, alcaldesa de Segovia.

“Para mí faltar era como una condena y asistir un gran premio”, continúa. Sin embargo, en ella, influyó de manera notable una profesora de la etapa del instituto que impartía Historia del Arte. Destaca su apuesta por la reflexión y el pensamiento crítico. “Nos enseñó que la intransigencia no es buena y que en el mundo más que blancos o negros hay infinitos matices de gris”.

De alumno a ‘profe’

El alcalde de Ávila cursó toda su formación básica en el Colegio Diocesano ‘Asunción de Nuestra Señora’, lo que actualmente son los Colegios Diocesanos. No solo completó todos sus estudios de Bachillerato en ‘El Dioce’, como lo conocían, sino que posteriormente, una vez terminada su la etapa académica superior, en 1974, pasó a formar parte de la plantilla del centro como profesor.

José Luis Rivas (Ávila, 1950) destaca que tomó en su colegio la primera comunión en el año 1957 de la mano del obispo de la época Santos Moro Briz. Asegura que vivió momentos “maravillosos” en ‘El Dioce’, no solo como alumno, si no también como profesor años mas tarde. Prueba de ello son los amigos que conserva de esa etapa, así como los valores que le transmitieron.

Abogado, con vocación de ingeniero

Pereza sentía Óscar Puente (Valladolid, 15 de noviembre de 1968) cuando de pequeño el calendario se acercaba a primeros de septiembre y tocaba volver al colegio. Recuerda el alcalde de la capital vallisoletana que entonces lo que le apetecía, como a cualquier niño de su edad, era estar “jugando y al sol”, algo que entonces era el pasatiempos habitual durante las vacaciones de verano.

Aquel niño, que cursó la EGB en el Colegio San Agustín de la ciudad, recuerda al padre Jubera, “un referente” más allá de las paredes del centro, al que no olvida. Al alumno Puente le gustaban todas las materias y no tenía problemas para aprobar ninguna de ellas. Quizá por ello se decantó por el Bachillerato de Ciencias Puras, aunque terminó estudiando Derecho y convirtiéndose en abogado. Confiesa que entonces su vocación era la de ser ingeniero, aunque no se arrepiente de haber dado un giro de 180 grados a su formación. “La vida es eso que te pasa, mientras haces otros planes”, reflexiona.

Brillante en Historia

La formación educativa de Javier Lacalle (Burgos, 10 de agosto de 1969) discurre entre una escuela rural de la sierra burgalesa durante los primeros años, el Seminario Menor de San José en Burgos, donde estuvo hasta cumplir los diez, y después el Colegio Liceo Castilla, de los Hermanos Maristas, el último centro antes de iniciar sus estudios universitarios.

El alcalde burgalés conserva un recuerdo muy grato de todos los profesores, a pesar de ser “siempre tan diferentes”. “Viví ese modelo, vigente en la actualidad, de un profesor para varios niños de distintos cursos en la escuela rural; una formación en internado en el Seminario con gran exigencia, y una experiencia educativa muy completa en el colegio concertado Liceo Castilla en sus primeros años de clases mixtas”, explica. Era también el segundo año de un nuevo centro en la barriada Illera de Burgos, tras dejar el histórico edificio de la Concepción.

El regidor recuerda todavía con mucho cariño a todos los profesores, pero destaca a uno, David Martínez, el “profe” de Literatura, Lengua y Francés en los últimos años de EGB en el Seminario. “Me marcó por su cercanía, profesionalidad y dotes para hacer amenas las clases y generar verdadero interés en los alumnos”, reconoce Javier Lacalle, que siempre destacaba en Historia y aprobaba “con dificultades” en Matemáticas.

Emoción por el primer día

Emoción y diversión. Son los dos principales recuerdos que guarda Alfonso Fernández Mañueco (Salamanca, 29 de abril de 1965) de su etapa escolar. No olvida, cuando de pequeño sus padres lo acompañaban al colegio Francisco de Vitoria, tras las vacaciones de verano. “Todo era emoción e ilusión al reencontrar a los compañeros y profesores tras un largo periodo sin vernos”, afirma el alcalde de la capital salmantina y presidente del PP de Castilla y León.

Ya en una etapa posterior, los protagonistas son las risas y la “gran diversión” del primer día en el colegio Maestro Ávila. “Siempre acudía con mi cartera a los hombros y guardo un bonito recuerdo del reencuentro y las confidencias con mis compañeros”, explica.

Compañeros de pupitres

El alcalde de León mantiene unos recuerdos “gratos y buenos” de su paso por el colegio de los Maristas de la capital. Antonio Silvan no borra las imágenes del patio “lleno de compañeros jugando al balonmano, baloncesto y fútbol” en cada recreo, así como de balones que salían a la vía del tren. También recuerda otras instalaciones como el salón de actos, la capilla, los pasillos o las aulas que “tienen el mismo olor que hace 40 años”.

Silván se felicita porque todos sus amigos de aquella época lo sean hoy. En cuanto al profesorado, destaca al hermano Norberto, que no se lo puso nada fácil. “Me lo hizo pasar muy mal con la química y la tabla periódica de los elementos químicos”, rememora, mientras que también elogia el “permanente balonmano” del hermano Tomás. Todos ellos conforman para el regidor leonés “un gran recuerdo” de su colegio.

Imagen portada: El alcalde de Ávila, José Luis Rivas Hernández